Hay dueños que se desviven por que sus canes hagan ejercicio y dueños que le gastan la salud al perro, en estos días, para estirar las piernas. La prohibición de llevar animales por los arenales coruñeses ya viene de antes del coronavirus, pero durante estas jornadas de epidemia la playa de Oza sigue siendo visitada por recalcitrantes que llevan a su mascota a la orilla del mar, y policías que vigilan para impedírselo.