Cuatro de cada diez vecinos de la ciudad de A Coruña y su área metropolitana han hecho la compra una vez a la semana desde que el estado de alarma por el coronavirus ha cambiado sus costumbres. El resto lo hacen una vez al día o más (un 7,6%), una vez cada dos o tres días (el 18,8%) o cada cuatro o cinco días (21,9%); aunque en un porcentaje más bajo hay personas a las que la compra se la lleva a casa un allegado (8,4%) o la realizan a través de internet con servicio a domicilio (4,2%). Estos son los resultados que arrojan las respuestas a una de las preguntas de una encuesta de la empresa Edesga efectuada entre el 1 y el 8 de abril a 845 vecinos de la comarca, repartidos por edades y sexo, para conocer cómo los ciudadanos asumen distintos aspectos derivados del confinamiento por el Covid-19.

Otras preguntas relacionadas con la cesta de la compra y las visitas a la tienda permiten saber también que una de cada cuatro personas ha cambiado de establecimiento habitual de compra. De ese pequeño porcentaje, la mitad lo ha hecho porque considera que debe ir a la tienda más próxima a su domicilio y un 25%, porque le inspira más confianza al aplicar mayores medidas higiénicas.

Los vecinos de la ciudad y la comarca consultados consideran en su mayoría que no hay problemas de desabastecimiento, ya que el 76% admite que los productos que buscan los encuentran siempre o casi siempre). El 70% de las personas que compraban algún producto online -no como compra habitual- han dejado de hacerlo durante este período, principalmente porque al no ser productos de primera necesidad consideran que no deben adquirirlos en estos momentos.

Supermercados y tiendas de alimentación han visto en el último mes cómo sus clientes se aglomeraban primero en su interior ante el temor de que el Estado decretase el confinamiento de la población y con el paso de las semanas se han acostumbrado a ver colas en el exterior para acceder a los establecimientos de uno en uno. Con el paso de los días han variado también decisiones a la hora de hacer la compra, según manifiestan empleados de Vegalsa-Eroski consultados por este periódico. El papel higiénico o la pasta no se compran ahora tanto en masa como al principio, y se opta por frutos secos, harina, chocolate y productos de higiene.

El Ministerio de Agricultura ha constatado entre el 30 de marzo y el 5 de abril un incremento generalizado en el consumo de alimentos en el hogar, sobre todo de fruta (23,1%) y patatas frescas (+31,2%). Las compras por internet son cada vez más numerosas en los hogares españolas: han aumentado el 84% en dos semanas.

Inma PampínJefa de tienda del supermercado Eroski Center de O Seixal, en Oleiros"Recomendamos venir pocas veces y con la lista de la compra escrita"

De las aglomeraciones en tienda y el "acopio masivo" de productos básicos a las colas para entrar y la "tranquilidad" al llenar la cesta de la compra.En un mes de cuarentena sanitaria los supermercados han sido testigos de cómo los ciudadanos se han comportado para abastecerse en el confinamiento, de qué nuevas costumbres adquieren los consumidores y también de cómo ha cambiado el trabajo para los empleados. Inma Pampín, jefa de tienda en el Eroski Center de O Seixal, ve ahora una actitud "más racional" en los clientes y destaca el aumento de los pedidos a través de internet. "Ha crecido mucho este hábito. Antes teníamos unos 15 pedidos online al día y ahora estamos en los 30. Nos llama mucha gente por primera vez para enterarse cómo puede hacer la compra por internet. La empresa tenía solo dos supermercados con este servicio y ahora tiene cuatro, que llevan las compras por los concellos de la comarca hasta Sada", explica.

A la tensión de los primeros días de aislamiento, con nervios ante las cajas y la obligación de respetar las distancias de seguridad, le ha sucedido la adaptación y la asimilación. "A los clientes les hicimos recomendaciones que suelen seguir, como llevar escrita la lista de la compra, no cargar demasiado las bolsas o venir pocas veces, que no tengan la necesidad de reponer todos los días lo que han gastado", cuenta.

Pampín, que lleva casi tres años en O Seixal tras trabajar para Eroski más de 20 en el País Vasco, advierte que en las últimas semanas se compran productos que hace un mes no pasaban tanto por caja: "Antes se adquiría más aceite y pasta, ahora más chocolate, frutos secos y vino. Hay mucha demanda de geles, jabón y lejía, y también harina y levadura".

El Covid-19 y su evolución ha cambiado la rutina laboral de los empleados del supermercado y Pampín cree la crisis sanitaria ha reforzado el "espíritu" de unión en su tienda y revalorizado su actividad. "Los primeros días fueron difíciles, con mucha carga de trabajo. Seguimos haciendo más pedidos de lo normal y hay más mercancía. Es mucho esfuerzo y horas de trabajo, con el personal desbordado en algunos puntos. En realidad hacemos nuestro trabajo diario, quizá ahora la gente se da cuenta de que también es importante. Somos el eslabón final de la cadena alimenticia y nos sentimos orgullosos".

Luis FandiñoResponsable de turno de la Plataforma de Productos Frescos de Vegalsa"Ha crecido mucho el sentimiento de que nuestro trabajo es muy útil"

Desde la plataforma de productos frescos de Vegalsa-Eroski en el polígono de Agrela salen estos días unos 500 palés de fruta para todoslossupermercados de la cadena repartidos por Galicia (30 en el municipio de A Coruña), Asturias y Castilla y León, unos 600 de charcutería y otros tantos de productos lácteos. Son casi el doble de lo habitual. La alta demanda causada porla pandemia del coronavirus afectó a otro importante eslabón de la cadena alimenticia, el de la preparación de productos y su distribución, "con trabajo desbordado y gran necesidad de adaptación para gestionar el espacio e introducir al personal de refuerzo contratado", explica Luis Fandiño,responsable de turno en una planta en la que trabaja desde hace veinte años.

Tras una semana inicial de mayores exigencias, con temor a que incluso hubiera problemas de abastecimiento, todo el mundo en la plataforma se fue adaptando a una realidad más laboriosa para realizar los debidos controles de calidad y verificaciones y preparar y distribuir los productos a través delsistema de trabajo mecanizado. En este tiempo, desde este eslabón también se advierten variaciones en las costumbres del consumidor al hacer la compra, esta vez condicionada por la cuarentena del virus. "Para comprar fruta hay mucha variedad, por lo que si faltaban manzanas o plátanos de un tipo hay gente que lleva otras, pero sí es cierto que se ha dejado de consumir fruta exótica, como mango o aguacate, y se ha comprado la tradicional. En cuanto a charcutería, se prefiere el fiambre envasado en lonchas porque caduca más tarde y se renuncia a las piezas grandes. Y se apuesta por platos preparados y pizzas para congelar en lugar de tanto producto fresco", cuenta Luis Fandiño.

Resalta este trabajador que las urgenciaslaboralesmotivadas por el Covid-19 no han hecho mella en la "profesionalidad" de sus compañeros. "Desde el primer momento, y lo comprobamos cada día en las reuniones de equipo, creció mucho el sentimiento de que nuestro trabajo es muy útil en esta situación. La moral de los empleados es fabulosa, pese a que como muchos, no ha habido descanso ni ocio, y quiero agradecer el esfuerzo a todos ellos y también a los proveedores con los que trabajamos", subraya.