La ausencia casi total de actividad en las ciudades durante el confinamiento favorece que la fauna salvaje se adentre en ellas más de lo habitual. Uno de los últimos avistamientos de animales de este tipo es el de un zorro que frecuenta la entrada del instituto coruñés Monte das Moas, donde se coloca en una actitud que parece la de un vigilante y cuya peculiar imagen recorre ya las redes sociales.