La crisis pos-Covid empieza a dejar ver sus efectos en el ámbito universitario. Todos los pronósticos apuntan a que el 2020/2021 será un curso complicado para los programas universitarios de movilidad, que afrontan sus peores cifras en años debido al recelo de los estudiantes, tanto coruñeses como extranjeros, por moverse de sus hogares en un corto plazo.

Los datos así lo evidencian. De los 500 alumnos de la UDC que habían presentado hasta el momento sus solicitudes para cursar estudios en el extranjero el próximo año, ya son 140 los que las han retirado. Y no serán los únicos. "Cada día recibimos nuevas cancelaciones de alumnos a los que les habíamos concedido la movilidad, es de esperar que lleguen más", confirma la vicerrectora de Internacionalización y Cooperación, Pilar García de la Torre.

Las cancelaciones se ceban por el momento, con las estancias que iban a prolongarse durante todo el año académico o bien durante el primer cuatrimestre. Para las solicitudes de las becas correspondientes al segundo cuatrimestre se abrirá otro plazo próximamente que, se espera, sufra menos los efectos de la crisis sanitaria. "Todo depende de cómo se desarrolle el verano y si hay o no rebrotes, pero, sin duda, estas cifras también serán bajas. Es lógico", reflexiona García de la Torre. Unos hechos nada sorprendentes debido a las circunstancias actuales, y que desde la universidad achacan al temor generalizado entre el alumnado al no conocer los sistemas sanitarios de los países de destino. "Hay muchas solicitudes para países del Este, donde no hay tanta confianza con el sistema sanitario, como sí ocurre con otros más cercanos", explica la vicerrectora.

Por otra parte, las solicitudes procedentes de alumnos extranjeros interesados en cursar estudios en la UDC han sufrido también una sacudida por los mismos motivos. Son únicamente 130 alumnos foráneos los que han solicitado la estancia en A Coruña, un número que dista mucho de los más de 400 del año anterior. "Hay universidades que no han recibido ni el 10% de las solicitudes que les llegan habitualmente", señala Pilar García de la Torre.

El Convenio Bilateral ha sido, por el momento, el programa que se ha visto más afectado por las cancelaciones. Destinos como México, Brasil, Argentina o Chile, que otros años se sitúan entre los favoritos del alumnado, no serán una opción de cara al curso que entra por iniciativa de los propios centros. "De 500 universidades de destino, 52 han decidido retirarse de la convocatoria. Son casi todas en Latinoamérica, pero hay alguna universidad inglesa que tampoco ofrece plazas este año", comenta la vicerrectora.

El destino de los fondos previstos para cubrir las estancias no resulta, por el momento, una preocupación, ya que los programas de financiación están prorrogados, con lo que las sumas de las becas podrán utilizarse un año más de lo previsto. "Este año también ha sido flexible en ese sentido, porque los estudiantes que han tenido que acortar su estancia debido al Covid-19 no han tenido que devolver la cuantía de la beca", añade la vicerrectora.

Está por ver, todavía, si los estudiantes que han renunciado a sus becas podrán tener otra oportunidad de vivir la experiencia Erasmus el año que viene. Todo apunta, no obstante, a que no será posible para muchos, ya que la mayoría escoge su tercer curso para irse al extranjero, debido a que su último año prefieren centrarlo en hacer prácticas. El programa Erasmus Prácticas, de baja adhesión, puede convertirse, dadas las circunstancias, en la mejor opción para que los alumnos que lo deseen no se queden con las ganas. "Va a ser difícil recuperar las cifras. Todos los años hacemos campañas importantes, pero este año haremos más incidencia", adelanta Pilar García de la Torre.