Pleno enrarecido el de ayer en María Pita, en un ambiente preelectoral y con tensión mañanera. Se escenificó en el abandono momentáneo de los ediles de Marea Atlántica después de que la alcaldesa, Inés Rey, afease al concejal Xiao Varela que siguiese hablando tras tres avisos de que se había excedido en su intervención. Quedó plasmada la ruptura con el PSOE de Marea, la formación que, junto a BNG y Ciudadanos -hoy grupo mixto- facilitó la investidura de Inés Rey, al rechazar en solitario un cambio de presupuesto que sí apoyaron el resto de grupos.

El ambiente se enturbió en el debate del punto de la aprobación inicial del expediente de modificación del presupuesto del Instituto Municipal Coruña Espectáculos (IMCE) para que 700.000 euros que se iban a destinar a esta entidad pudiesen ser utilizados -tal y como aprobó por unanimidad la Corporación el 1 de junio- a otros fines culturales recogidos en el Plan de Reactivación Económica e Social (Presco). En la presentación del asunto, el portavoz municipal, José Manuel Lage, defendió que era un "trámite debido" y que no se trataba "de una nueva situación legal".

Discrepó de esta exposición el concejal de Marea Atlántica Iago Martínez, que acusó al Gobierno local de intentar aprobar "ocho facturas irregulares" con este procedimiento. Calificó también de "Unión Temporal de Empresas" a las concejalías de Deportes, Turismo y Cultura, ya que, con la baja por maternidad de la titular de Turismo, Diana Sobral, las competencias se repartieron entre sus compañeros Chero Celemín (Cultura) y Juan Ignacio Borrego (Deportes), que introdujeron cambios en estas áreas y en sus asesores. "La UTE no funciona. Si quieren corregir el rumbo, aquí está la mano de la Marea, para chantajearnos y hacernos cómplices de sus errores, no", replicó Martínez.

El portavoz del BNG, Francisco Jorquera, aseguró que votarían a favor "por coherencia", porque habían apoyado el Presco y no se iban a "desvincular de su desarrollo". En su intervención se mostró crítico con la falta de diálogo del Gobierno local con los agentes culturales. Nombró, entre otros, a las librerías y las asociaciones.

En este punto, la concejal del PP Rosa Gallego se alineó con el Gobierno local, ya que incluyó "muchas de las más de cien propuestas" realizadas por su grupo y cargó también, en su segundo turno de palabra, contra Martínez, al afearle que no hubiese acudido a un consejo rector del IMCE. "No sé si es por no madrugar", le llegó a decir.

En su turno de respuesta, Lage acusó a Martínez de "falta de respeto" a sus compañeros de partido. "La única UTE que tienen los concejales es con los vecinos", replicó. "Puede intentar destruir a la Marea, pero la Corporación municipal merece un respeto", le dijo también en esta intervención en la que le preguntó qué le molestaba exactamente, si acaso era que fuese una mujer la que preside el salón de Plenos.

En su segundo turno, Martínez aseguró que no estaba el PSOE "para dar lecciones" y solicitó "un balance" del trabajo del área de Cultura, tildó de "sindiós" el IMCE e instó al Gobierno local a dar cuenta de las gestiones realizadas para incrementar la financiación de la OSG y a explicar "por qué los músicos de la Banda Municipal están enfadados" en el proceso de cambio de director. Afeó también al portavoz municipal que hubiese calificado de "chiringuito" a los Grupos de Apoio Mutuo (GAM), una expresión que Lage no dudó en repetir en esta sesión.

Sobre estos temas, Lage no habló en su último turno de palabra, que cerró con un "bajen del monte", en referencia a los concejales de Marea. Finalmente, el asunto se aprobó con el apoyo de todos los grupos, salvo el de Marea, que votó en contra. El siguiente punto, relativo a la aprobación definitiva del estudio de detalle para la ampliación de las instalaciones Showa Denkocarbon Spain, en el polígono de A Grela, no fue mejor. El edil de Urbanismo, Juan Díaz Villoslada, inició su intervención con una "repulsa" a las palabras de Martínez y apuntó a que sus declaraciones podrían ser "injurias y calumnias".

En su primer -y último- turno de palabra, Xiao Varela defendió que, en el anterior mandato, él y otros compañeros "fueron reprobados por el Pleno por cosas que se demostraron falsas". Anunció la abstención de su grupo para mostrar la disconformidad con la manera de proceder del Gobierno local. "Decidieron gobernar en minoría y es lícito", dijo Varela, que pidió que se les incluyese "en el procedimiento inicial" para poder participar en su elaboración y que no se les diesen "las cosas cerradas". Lo comentó ya con el aviso de la alcaldesa de que se había pasado de tiempo, que sonó en tres ocasiones.

"No le tome el pelo a la Presidencia. No es buena idea", le dijo Rey, que le advirtió de que no consentiría a ningún concejal que hablase "por encima" de ella. Fue entonces cuando Varela decidió anunciar que abandonaría el Pleno. "Está autorizado", le contestó Rey y, con él, se fueron sus compañeros. "En protesta por el abuso de autoridad de Inés Rey, y su desprecio a Xiao Varela y la absoluta falta de neutralidad como presidenta del Pleno, abandonamos temporalmente el salón de sesiones", escribió Marea en un tuit.

La alcaldesa solicitó un receso para mantener una reunión con los portavoces de los grupos cuyo resultado fue la reanudación del Pleno con todos los concejales en sus escaños. "Creo que es necesario rebajar un poco la tensión. La Presidencia es quien ordena el debate, que se hace siempre con criterios de máxima flexibilidad [...]. Trataremos, yo de mantener esa flexibilidad y espero que el resto de concejales, de respetar cómo se ordena el debate desde la Presidencia", dijo la alcaldesa al reanudar la sesión.

La portavoz de Marea Atlántica, María García, en su primera intervención tras la reanudación aludió a la "buena voluntad" de la formación para realizar un "trabajo productivo" a pesar de que su discurso fuese "necesariamente crítico". E instó a que no se confundiese "crítica política con ofensa personal", porque no era esa la "intención".

Con la elaboración de los próximos presupuestos en el horizonte el PSOE tendrá que buscar el apoyo del PP si la relación con la Marea no se reconduce; una ecuación en la que también puede entrar el resultado de las elecciones del próximo 12 de julio.