A Gael Alonso le pueden los nervios. No es para menos: está a minutos de reencontrarse con su abuela tras cinco meses de separación forzosa. No se ven desde que una pandemia mundial se cruzó en su camino, y la abuela se vio obligada a alargar una estancia en Nueva Zelanda pensada para un mes. "Iba a ver a mi tía, que vive allí, como todos los años. Le pilló lo del coronavirus y no pudo salir", explica Gael Alonso.

Es uno de los primeros de los muchos reencuentros que empezarán a producirse a partir de ahora con la apertura de fronteras del 1 de julio, tras la que la mayor parte de los vuelos regulares comienzan a funcionar. Alvedro, como otros aeropuertos, va recuperando poco a poco su pulso, a medida que las distintas aerolíneas que allí operan van ampliando y estabilizando su oferta.

Gael, mientras aguarda, se encarama al cristal de la terminal, de la que no puede pasar al ser ahora una zona restringida a viajeros, da vueltas sobre sí mismo o juega con su hermana pequeña, igual de impaciente que él. Los meses de aislamiento han pasado despacio para todos, y los últimos minutos antes del ansiado abrazo parecen eternos. "Hacíamos videollamadas todos los días, pero no es lo mismo. Queremos abrazarla ya, o darle un choque de codos, o lo que sea", añade el pequeño. En esta ocasión, además, la alegría es doble: "Mi tía viene con ella porque quería acompañarla, y se va a quedar un mes aquí. Tenemos muchas ganas de verlas".

Por fin, tras días de viaje con parada incluida en Dubái, la abuela está de vuelta. Sale de la terminal con los últimos pasajeros y casi no le da tiempo a reaccionar cuando sus nietos se abalanzan sobre ella, que no puede contener las lágrimas. Los padres, algo más comedidos que los pequeños, tampoco son capaces de disimular la emoción. "Se puso algo nerviosa cuando vio que no podía volver. Quería regresar en plena pandemia, pero no había vuelos directos desde Auckland, y el problema eran las escalas", explica Tania Souto, la nuera. Y, ahora, a recuperar el tiempo perdido.

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Nueva normalidad A Coruña | Reencuentros en Alvedro

A pocos metros, otro reencuentro especial. Gabriela regresa de Estados Unidos tras cursar allí un año escolar que recordará, sin duda, por lo extraño de las circunstancias. Fuera, en la terminal, sus familiares y sus amigas de toda la vida la esperan con pancartas y, de nuevo, con los nervios a flor de piel. "Tenemos muchísimas ganas de verla. Hacíamos videollamada todos los días", explican Lucía, María y Lía, tres de las jóvenes.

Un reencuentro esperadísimo dadas las circunstancias, ya que, a diferencia de otros compañeros que acortaron su estancia americana, Gabriela decidió quedarse y completar la experiencia en el continente. "La cuarentena no fue como aquí, ella hizo pequeños viajes. Por ejemplo, fueron a Carolina del Sur a ver a unos parientes de la familia americana, pudo aprovechar", explican sus compañeras. Tras una espera que parece eterna y un largo goteo de pasajeros, sale por fin Gabriela, que se abraza primero con sus familiares tras más de 10 meses de separación. Sus amigas aguardan su turno ocultas entre bambalinas, y, cuando Gabriela piensa que las emociones le darán tregua por el momento, el grupo la sorprende con un abrazo y sus saltos, risas y gritos de alegría llenan la terminal.

Parrilla mermada

La parrilla se ciñe únicamente a los destinos nacionales, ya que Vueling esperará a septiembre para recuperar los vuelos directos a Londres. Sí se pueden reservar viajes a Barcelona, Mallorca, Gran Canaria, Tenerife Norte, Sevilla y Valencia. Iberia, que incorporará destinos conforme avance el verano y en función del comportamiento de los datos de contagios, ha abierto una frecuencia diaria con Madrid, destino que agregará Air Europa a partir del día 15.