Los certámenes de belleza suscitan, a día de hoy, opiniones encontradas. Los hay que piensan que son espectáculos anacrónicos, donde la frivolidad es la marca de la casa. Lo cierto es que este tipo de concursos y los perfiles que demandan han evolucionado con los años, y, a día de hoy, representan algo más que una sucesión de cuerpos y caras bonitas desfilando sobre largas pasarelas. Fran Vilariño, Cristina García y David Vilares tienen intención de demostrar a los escépticos que se equivocan en su percepción superficial de estos certámenes.

Son los aspirantes gallegos que llevarán a Marinador, a partir de este domingo, la representación de A Coruña, Pontevedra y Lugo, respectivamente. Lo harán dispuestos a dejar claro que Mister International y Miss World no solo manda el físico, por lo que el primer puesto tratarán de pelearlo valiéndose de sus mejores cualidades. "Los desfiles en bikini son cosa del pasado", zanja Miss World Pontevedra, Cristina García.

Muchos de ellos llegaron al mundo del modelaje sin proponérselo, casi por accidente. Es el caso del aspirante coruñés, Fran Vilariño, natural de Bemantes. Aunque el deporte y las disciplinas físicas siempre estuvieron presentes en su vida personal y profesional, una lesión lo apartó del fútbol y le llevó a descubrir el mundo del teatro, que a día de hoy compagina con las pasarelas. "Estudio en Casa Hamlet desde hace dos años, voy haciendo mis cortos y ahora mismo estoy preparando una producción propia, Pantasma, que verá la luz pronto, espero", resume.

El modelaje se cruzó en su camino tras una sesión de fotos inicialmente pensada para enviar a castings, que supuso su puerta de entrada al mundillo. Del deporte al teatro, del teatro a la moda y de ahí a Mister International. Desde entonces, entrena a diario para ser merecedor del puesto. "A día de hoy me dedico al deporte en general y soy socorrista. He trabajado mucho estos meses, llevo una dieta muy estricta. A la altura y la envergadura debe acompañarlas un buen trabajo físico", comenta.

Menos estricto en deporte y dieta es su compañero David Vilares, Mister International Lugo, otro de los perfiles que en 2020 suponen una apuesta más allá del físico. Sociólogo y actor, admite que en el confinamiento pudo haber hecho mejor sus deberes en cuanto a cuidado de la forma física, aunque, debido a que le acompaña la suerte de la genética privilegiada, la vagancia no le ha pasado factura. "Pasé la cuarentena en mi casa de Lugo, en Cadoalla. Decirle que no a la comida y al pan caseros es un pecado", afirma. Con el deporte, más de lo mismo: asegura no haber pisado jamás un gimnasio. "Entreno con una barra del Decathlon y unas pesas de un bazar chino", ríe.

El suyo es un perfil multifacético: entre sus grandes pasiones, la historia, la música tradicional y la artesanía: "Soy bastante autodidacta. Toco la gaita, el tamboril, la pandereta? también hago, a veces, mis propios instrumentos con madera".

Para multifacética, Miss World Pontevedra. Cristina García hace de todo y más: Modelo desde los 14 años, licenciada en Publicidad y Relaciones Públicas, trabaja desde hace tres en una multinacional de gran consumo, dedicaciones que compagina sin problema. Jugó al fútbol federada, pinta al óleo desde pequeña y colabora con organizaciones sociales. Predica, además, con el ejemplo, e insiste en que los certámenes de belleza exigen de sus aspirantes mucho más que un físico trabajado. "Una de las pruebas de Miss World consiste en desarrollar un proyecto de vinculación social. Elegí una asociación de enfermedades reumáticas con la que colaboro desde hace tiempo, porque yo misma soy paciente reumática", revela. Una dolencia que la retiró del fútbol de alta exigencia, pero que no fue excusa para bajar el ritmo, ya que acude regularmente a un centro de entrenamiento, corre y anda en bicicleta. Lo que más valora de sus aptitudes físicas trasciende a este: "Mi carisma, sin duda".