La mascarilla es, desde hace unos meses, el accesorio de moda. Más por su obligatoriedad que por lo bien que queda puesta. Lo cierto es que ha llegado para quedarse. Tanto que hasta los vendedores ambulantes ofrecen a sus clientes tapabocas de diferentes colores y estampados. Turistas y vecinos ya no solo encuentran pulseras y bolsos en los manteros de la calle Real. Ahora pueden elegir entre una mascarilla con la bandera de España o una de Spiderman. La moda manda. Hay usuarios que prefieren guardarse este accesorio blanco, como la FPP2, o azul, como la quirúrgica, para lucir una mascarilla a juego con su ropa.