La tienda de pesca Troitamar ya ha emitido unos veinte tiques de clientes que se han bajado los bonos de ayuda al comercio. Bruno Bellón, empleado del negocio, explica que muchos de sus compradores todavía se hacen un lío con la aplicación, así que, si lo necesitan, ellos mismos les ayudan a conseguir sus descuentos de diez euros. "Llevamos ya dos semanas y sí que incentiva a que la gente compre un poco más. Si iban a gastar quince euros en artículos de pesca, llevan quince euros más y solo pagan veinte", explica Bellón. En Troitamar, en donde más lo notan es "en las cosas del día a día", en poteras para el calamar, que cuestan siete u ocho euros cada una, en carretes e hilo y, también, en "señuelos de pesca que son un poco más caros". Algunos hasta se han animado a comprar un equipo y aplicar los bonos en la caña, el carrete y los anzuelos.