El levantamiento de las restricciones para la movilidad y la actividad económica que hasta ayer afectaban a barrios como el Agra do Orzán fue recibido con satisfacción por la asociación de vecinos que preside María Gutiérrez, quien destacaba que esa decisión de la Xunta permitirá que ahora el colectivo pueda organizar actividades para un mayor número de personas en el centro municipal Ágora, en el que habitualmente desarrolla sus iniciativas.

"El aforo que teníamos en el auditorio era de solo 60 personas, cuando en el resto de A Coruña era la mitad de la sala", explicaba la dirigente vecinal, para quien esa limitación no tenía lógica "porque cuando vas a los teatros Rosalía de Castro o Colón no tienes por qué vivir en los Cantones". Para Gutiérrez, el hecho de que los hosteleros del barrio puedan volver a servir en las barras, lo que ahora tenían prohibido, "va a ser un cambio muy grande". Pero también destacó que en el Agra do Orzán la escasez del espacio público "hace muy difícil conjugar los intereses de todo el mundo" a la hora de instalar terrazas en la vía pública.

"Lo que sí quedó en evidencia el poquísimo espacio público que hay en el barrio", resaltó Gutiérrez, quien admitió que esta circunstancia ya era conocida pero que durante la pandemia se hizo más patente ante el deseo de los vecinos de salir de sus casas.

"El barrio fue una diana para culpabilizar a los individuos de su comportamiento", se lamentó Marisol Mirás, secretaria de la asociación de vecinos, para la que se "criminalizó" a los residentes en el Agra do Orzán durante las últimas semanas a causa de los numerosos contagios del coronavirus localizados en la zona.

"¿Qué se hizo durante todos estos meses para evitar que la gente se juntase en la calle Barcelona?", se preguntó en referencia a que es la única vía peatonal del Agra do Orzán junto con la de Andrés Gaos, mientras que la plaza de As Conchiñas es el único espacio amplio del barrio.

"No se buscaron soluciones", denunció Mirás, para quien al igual que el Concello peatonalizó de forma provisional la calle Compostela en el centro, pudo haber negociado con la administración central para hacer lo mismo con el entorno del Observatorio., lugar cuya conversión en zona verde reclama la asociación desde hace años.