El polígono residencial denominado en el plan general como Carretera de O Burgo III será el primero contenido en ese documento que se desarrollará en el litoral del municipio comprendido entre As Xubias y el límite con Culleredo, ya que el propietario de los terrenos, la empresa Mepon, aprobó de forma inicial el proyecto para el reparto de los costes de urbanización de la zona y somete ahora esta iniciativa a un proceso de información pública durante el plazo de un mes.

A pesar de que el Gobierno local negocia con la Demarcación de Costas la concesión de una mayor protección urbanística a la franja de suelo del municipio que recorre el borde de la ría de O Burgo, lo que impedirá temporalmente el desarrollo de los proyectos previstos en la zona, este previsiblemente no tendrá problemas para ser aprobado debido a las dimensiones del polígono y a que la única construcción prevista está alejada de la costa.

La iniciativa urbanística se llevará a cabo sobre una superficie de 4.218 metros cuadrados, situados entre la carretera que une el puente de A Pasaxe con O Burgo y el paseo marítimo que recorre la ría. En el anterior plan general de la ciudad esta actuación formaba parte de un polígono mayor en el que estaba integrado el edificio al que calificaba de "gran calidad constructiva" y que pertenece a la familia Wonenburger, que en los años treinta del siglo pasado llevó a cabo el relleno de la ría en A Pasaxe en el que se instalaron actividades industriales, como la antigua fábrica de jabones La Toja, y en el que desde hace años existe un asentamiento chabolista.

El proyecto elaborado para este lugar prevé que únicamente se construya un edificio que se situaría al borde la carretera de O Burgo, en el hueco existente entre otras dos construcciones, en cuyos bajos se hallan el restaurante Los Manueles y la farmacia Rilo.

El resto del polígono se dedicará a espacio libre situado en paralelo al paseo marítimo, por lo que no afectará al entorno de la ría, de acuerdo con las previsiones del plan general. Al tener estos terrenos un único propietario, el proyecto de urbanización se desarrollará mediante el sistema de concierto, reservado para este tipo de casos. Las demás iniciativas urbanísticas previstas al borde de la ría tendrán que esperar para ponerse en marcha, ya que el Gobierno local defiende que se ejecuten primero los proyectos inmobiliarios que completen los espacios de la ciudad ya urbanizados, decisión que ha paralizado por el momento actuaciones de tanto calado como la prevista en el polígono de O Portiño, donde la normativa vigente permite construir hasta 3.000 viviendas.

Pero, además, el Ejecutivo municipal considera necesario conceder una mayor protección a los espacios costeros de A Coruña, tanto en el interior como en el exterior de la ría, lo que le ha llevado a negociar este aspecto no solo con la Demarcación de Costas, organismo estatal responsable de la ordenación del litoral, sino también con los propietarios de los terrenos en los que estén proyectadas iniciativas inmobiliarias.

Esta política se tradujo ya en la paralización del plan para O Portiño, polígono en el que el mayor propietario de terrenos, Metrovacesa, optó por demorar el desarrollo previsto para adecuarlo a las necesidades de vivienda de la ciudad.

La decisión de la empresa coincidió con el visto bueno municipal a la puesta en marcha de otro proyecto situado a corta distancia de la costa, el de As Percebeiras, que en la actualidad está sometido a información pública y pendiente de que la Xunta le dé el visto bueno desde el punto de vista ambiental.

En el caso del litoral de la ría, la crisis del sector inmobiliario paralizó la construcción de un inmueble en el acantilado que había acogido durante décadas las instalaciones de Astilleros Valiña y cuyo dique cierra por el sur la playa de Oza. La empresa que pretendía ejecutar esa actuación, Isoman, había presentado en 2005 un proyecto para construir un edificio de ocho plantas, pero el Gobierno local de Francisco Vázquez le obligó a modificarlo para transformarlo en dos inmuebles de cinco y siete alturas, con una cubierta que debía servir de mirador sobre la ría para las personas que accedieran al lugar por la carretera de As Xubias.

Isoman tuvo que vender esta propiedad para hacer frente a sus deudas y los nuevos propietarios intentaron poner en marcha de nuevo el proyecto, pero el Gobierno local de Marea Atlántica abrió conversaciones con ellos para intentar que reduzcan la edificabilidad que les permite el plan general, así como para que alejen el edificio de la costa el máximo posible. La llegada del PSOE a la Alcaldía implicó una apuesta por limitar los desarrollos urbanísticos costeros, aunque el Ejecutivo municipal elude detallar si su objetivo es rebajar el volumen edificable que autoriza el plan general en esos terrenos.

El relleno de A Pasaxe, ubicado entre el colegio Santa María del Mar y el puente sobre la ría, es otro de los polígonos que permanece bloqueado desde hace años y en el que la línea marcada por el Concello puede generar modificaciones sobre su planteamiento original. El plan general de 1998 hacía posible levantar en esa zona hasta 18 inmuebles, pero en 2007 la Demarcación de Costas aprobó un nuevo deslinde del dominio público marítimo-terrestre, lo que hizo que 41.000 metros cuadrados de superficie quedaran en manos del Estado.

Esa medida tuvo también como consecuencia la pérdida de 26.000 metros cuadrados de edificabilidad, por lo que en la actualidad únicamente podrían construirse tres. Donde no tuvo efectos la intervención de Costas es en el sector del polígono más alejado de la ría y situado al otro lado de las vías del ferrocarril, ya que se mantiene por ahora la ordenación prevista, que consta de trece edificios con ocho alturas.