Ainoa Buitrago da un concierto el viernes en A Fábrica de Oleiros, dentro del festival Elas son artistas. Es su segunda vez en Galicia. Le ilusiona tocar en directo en tiempos de coronavirus y dejar al margen las redes sociales. Ya ha cumplido un sueño: cantar con Andrés Suárez. Se prepara para el siguiente.

¿Cómo está siendo el 2020 de Ainoa Buitrago?

Muy raro, como el de todos. Sí que es verdad que muchos proyectos no han podido verse por el Covid-19, pero igualmente tengo muchas ganas de que se puedan hacer, aunque sea de otra forma.

Los primeros temas que han visto la luz son en acústico, ¿por qué lo quiso así?

Llevo desde los 14 años tocando en concierto. Pensé que si la gente me había ido a ver era por mis acústicos, así que qué menos que lanzar cuatro temas solo con guitarra y voz al principio. Ahora vamos single a single, el disco aún no se plantea.

Se estrenó con Dispárame

No. La elegí porque es como un disparo de salida. Lenta pero no lenta, triste pero no triste. Era la canción perfecta. Ni muy triste ni muy feliz y dije quiero salir con algo así.

Pero el bombazo llegó con Venecia

Fue bastante shock. Llevo siendo fan de Andrés toda la vida. Es muy heavy que quisiera colaborar. Se lo agradezco un montón porque se me han abierto muchas puertas gracias a él.

¿Como surgió la oportunidad de cantar con él?

Subí una versión suya a Instagram y la escuchó. Me invitó a colaborar y a hacer de telonera en Guadarrama y en Toledo. Fue en este último cuando bajé del escenario y él estaba cantando Venecia. Me dijo que si grababa un disco y no él no estaba entre sus colaboraciones se iba a cabrear. "Quiero cantar Venecia contigo", me dijo. Casi me caigo al suelo.

¿Es como un padrino musical para usted?

Sí. Por supuesto. Me ayuda un montón.

¿Internet también le ha ayudado en esta carrera musical?

Sí. Muchísimo. Si no estás en redes, no estás en ningún lado. Pero son un arma de doble filo. A veces me agobio y pienso ojalá no tenerlas, pero es una vía muy importante. Hay que cuidarlas. Si pudiese, no las tendría. Estaría tocando y grabando todo el rato y todos los días de mi vida más que poniendo cosas en Instagram.

Pero llegó el coronavirus y puso del revés este mundo. ¿Cómo le afecto?

Tuvimos que cancelar conciertos. Teníamos toda la gira cerrada y fue bastante difícil ubicar todo otra vez para que después se volviese a caer.

Todo pasa. Ahora figura en el cartel de Elas son artistas.

Sí. Es muy fuerte. Hace dos años no tocaba más que en Madrid y ahora doy conciertos en un montón de sitios. Qué bonito, qué fuerte y muchísimas gracias. Es lo máximo que puedo llegar a decir. Son muchos sentimientos.

Aforos reducidos y menos conciertos, ¿es suficiente para matar el gusanillo?

Sí. Me he tirado dos meses con conciertos por Instagram y todo lo de ahora se valora. Es precioso. No todos los artistas pueden. De todos modos, es curioso. A mí me gusta levantar a la gente y que se mueva y aplauda. Pero ahora el público tiene que estar sentado. Ya habrá tiempo para celebrar y saltar. De momento, me llega. Di un concierto en Sevilla y me pareció uno de los más especiales por la energía.

¿Qué otros proyectos tiene para el futuro?

Dentro de poco publicaré un nuevo single. Tengo muchas ganas de que salga porque es muy especial. Ya se verá por qué. Y luego saldrá otro más. Eso es lo máximo que puedo decir.

¿Todavía le abruma pensar el éxito cosechado en los últimos meses?

Sí. Me paro y pienso "tengo 22 años, hace uno firmé con la editorial y con la discográfica, tengo la mejor mánager y un equipo de la leche". Nos metimos en un bucle de currar, sacar, gira y vídeo. No te da tiempo a decir madre mía lo que he conseguido. Me da vértigo. Hace nada estaba en la oficina llorando porque quería tocar.

¿Qué le llevó a dejar ese trabajo y dedicarse a la música?

Ya sabía que ahí no quería estar. Pero sí que el paso para decir, paro y grabo un disco lo di al conocer a Andrés Suárez. Él me inspiro muchísimo.