El Ayuntamiento cuenta desde el mes de julio con el informe favorable de la Xunta para iniciar la demolición de las casas ruinosas de San Xosé, al final de la avenida de Fisterra y a las puertas de la entrada principal de la refinería. La intervención está en fase de contratación, según fuentes municipales, y hasta que no se formalice el contrato no se conocerá cuándo comenzará el derribo de las viviendas, un foco que durante mucho tiempo ha sido punto de encuentro para el menudeo y consumo de drogas.

El anterior Gobierno local puso en marcha el año pasado, pocos días antes de las elecciones municipales, el proceso para expropiar las casas en ruina de San Xosé, por lo que contactó con los propietarios de los edificios de los números 2, 4, 6, 8, 20, 28, 30, 34 y 36 para estudiar posibles alegaciones, que fueron rechazadas cuando se remitieron. A finales de 2019 concluyó este proceso, para el que se había reservado un presupuesto de algo más de 157.000 euros, y el nuevo Ejecutivo, del PSOE, señaló que pretendía echar abajo los viejos edificios lo antes posible para obtener suelo y mejorar la circulación viaria en un punto del vial donde los carriles en ambos sentidos se estrechan.

El área municipal de Infraestructuras envió a la Xunta a finales de abril la solicitud para la autorización de ocupación del carril derecho de la carretera, la AC-415, para ejecutar el proyecto de demolición de las viviendas abandonadas. La Axencia Galega de Infraestruturas (AXI) emitió un informe técnico favorable a comienzos de julio. Tres meses después el Concello "está contratando" el derribo, para el que aún no hay plazos.

El informe del departamento de la Xunta detalla que la actuación consistirá en la ocupación de 210 metros del carril derecho del vial para demoler los edificios desde el número 2 al 36. A continuación se recogerán los escombros generados, se habilitará una zanja de seguridad o una acera de como mínimo dos metros de ancho con una red de pluviales en todo el tramo afectado y se construirá un cierre perimetral diáfano, así como un acceso para uso peatonal y otro para vehículos.

El documento señala que los trabajos deberán ejecutarse en un plazo máximo de seis meses a partir de la notificación de la resolución de la AXI de hace tres meses y que la demolición y el desescombro no deberían prolongarse más allá de 14 semanas. En el tiempo que duren las obras "se tomarán las precauciones necesarias para garantizar la seguridad" del tramo afectado.

La expropiación y demolición de las casas de San Xosé es producto también de las quejas de vecinos y empresas del entorno por los conflictos originados en el entorno por el trapicheo de sustancias estupefacientes, especialmente desde el desmantelamiento del asentamiento chabolista de Penamoa. A finales de 2018 la Policía Nacional llevó a cabo una operación antidroga con un gran despliegue de medios y efectivos en la que fueron detenidos siete miembros de la misma familia en distinto grado de parentesco, entre ellos dos menores de edad que el mismo día quedaron en libertad. Los policías se incautaron de muestras de droga (solo 20 gramos de heroína y otros 20 de cocaína) y de dos escopetas de balines y una réplica. En el lugar había jeringuillas entre muebles y colchones rotos.