La defensa de Ramón S.G., el hombre acusado de asesinar a su esposa en julio de 2018 en su domicilio de la calle de la Estrella, admite que le causó la muerte al degollarla con un cuchillo tras haberla sedado, pero que se trató de un caso de cooperación en el suicidio que pretendía cometer su mujer, delito por el que podría ser castigado con entre seis y diez años de cárcel, según mantuvo hoy en la primera sesión del juicio que se ve contra él en la Audiencia Provincial.

Para la Fiscalía, el reo es culpable de un delito de asesinato con alevosía y las agravantes de parentesco y género, por lo que solicita una pena de 25 años de prisión, mientras que la acusación particular, que representa a los tres hijos de la víctima procedentes de un matrimonio anterior, reclama la prisión permanente revisable al estimar que hubo ensañamiento, así como que la mujer sufría una discapacidad que la hacía “especialmente vulnerable”. La Xunta está personada también en la causa al entender que se produjo un delito de violencia de género y pide también la prisión permanente o, subsidiariamente, veinte años de cárcel.

Aunque el escrito de la defensa planteaba la absolución del acusado al negar los hechos que se le imputaban, al hacer su exposición inicial en la vista el letrado José Ramón Sierra solicitó que sea “condenado por lo que ha hecho”, en contraposición a los actos que las acusaciones le atribuyen. Sierra admitió que Ramón “cooperó” en la muerte de su mujer, María Judite Martins, de 57 años, pero negó que sea un “asesino confeso” como argumentó la fiscala, ya que aseguró que cuando fue detenido solo dijo que había ayudado a su mujer a morir.