Las Casas de Franco, un grupo de viviendas sociales que ocupan algo más de dos hectáreas entre la ronda de Outeiro y la calle Monasterio de Caaveiro en O Ventorrillo, esperan desde 2015 por subvenciones que permitan a sus propietarios reformar las viejas fachadas e instalar ascensores. Estas son las dos demandas principales que sus ocupantes trasladan desde incluso antes de que en aquel año la zona fuera declarada Área de Rehabilitación Integral (ARI) y pudiese optar a ayudas estatales, autonómicas y municipales. Pero deberán seguir esperando. El ámbito solo entró una vez en la convocatoria municipal del programa, en 2018, y el Concello, según datos de la Consellería de Medio Ambiente, no ha justificado inversiones. Los dos años siguientes no figuran estas viviendas —y ninguna otra— en el programa de rehabilitación porque el Gobierno local no presentó solicitudes para acogerse a los fondos.

“Somos las únicas viviendas sociales de A Coruña que no se han arreglado”, se queja José Luis Brandariz, quien durante décadas vivió en las Casas de Franco y aún tiene familiares residiendo en ellas. “Las fachadas dejan pasar mucha humedad, tienen materiales viejos. Durante mucho tiempo a esta zona la hemos llamado Uralita City. Y los vecinos son principalmente gente mayor con problemas de movilidad a la que le cuesta subir escaleras antiguas y empinadas. Los patios interiores también están en mal estado y algunos dueños tuvieron que hacer arreglos”, explica. Hay 578 viviendas en los bloques, con una antigüedad de casi 60 años.

Brandariz recuerda que durante el mandato del PP el Gobierno local promovió la declaración como ARI de las Casas de Franco, que se consiguió en 2015, y que aquel Ejecutivo recomendó agilizar su convocatoria para optar a ayudas y poder beneficiarse de fondos europeos. Esta vía, prosigue, se cerró por “demoras” en el mandato anterior y las viviendas fueron propuestas por el Concello para la convocatoria de subvenciones de 2018. La Xunta señala que todavía está en ejecución el convenio de hace dos años por el que las casas obtuvieron una asignación de 550.000 euros, de los que ninguna cantidad ha justificado el Ayuntamiento hasta el momento.

Aquel año el área de Rexeneracion Urbana había solicitado 6,5 millones de euros al Estado y a la Xunta, que tramita las ayudas, para llevar a cabo actuaciones de rehabilitación en la Ciudad Vieja, en las Casas de Franco y en el grupo de viviendas de María Pita en Labañou. Pero solo había percibido 2 millones, a los que habría que añadir los 3,6 que pretendía aportar el propio Concello y el dinero con el que contribuiría cada propietario solicitante de ayudas.

Las casas de Labañou tienen también en vigor el convenio de 2018 con una asignación de 490.000 euros y el Concello tampoco ha justificado inversiones. El casco histórico optó a subvenciones desde 2006 y desde entonces las ha tenido por un valor total de 9,17 millones, de los que 6,62 tuvieron certificación municipal.

Críticas de Marea

El grupo municipal de Marea Atlántica reprocha al Gobierno local que no haya convocado en 2020, un año en que la pandemia sanitaria ha afectado a distintos procesos administrativos, las ayudas a la rehabilitación en las ARI, un año después de no haberlo hecho tampoco por colapso en la tramitación de solicitudes anteriores. “Lamentamos que todos los esfuerzos del Gobierno municipal se centren en reactivar el sector inmobiliario con nuevas construcciones, como As Percebeiras”, señala Marea, que apunta que el grado de ejecución de las subvenciones a la rehabilitación en 2019, el primero año de mandato del PSOE, “es casi la mitad que en años anteriores: 25,89% frente al 44,03% del año 2018”.