El estudio de arquitectura de Carlos Pita brindaba ayer por la elección de su propuesta como la ganadora del concurso para rehabilitar la primera nave en funcionamiento de la Ciudad de las TIC en la antigua fábrica de armas. Fue un brindis corto, porque por la tarde ya hubo que empezar a planificar el proyecto de ejecución, para el que sus responsables tendrán un plazo de 70 días. Mano a mano con Pita han trabajado, y seguirán a su lado los próximos meses, los arquitectos José Carlos Iglesias Fernández y Manuel Pérez Lorenzo.

¿Era muy atractivo este concurso de ideas?

Nos presentamos al concurso fundamentalmente para apoyarlo. Hubo unas protestas promovidas por arquitectos sobre los plazos que creo que tenían razón. Pero era un proyecto que entendíamos que había que apoyar porque surge precisamente de la Universidad.

¿En qué estado está el edificio, el primero en el que podrá haber actividad?

Está muy bien, casi en perfecto estado de revista. En general, todas las naves de la fábrica están bien. La del Centro de Servicios Avanzados tiene que acondicionarse, sobre todo térmicamente, pero en el fondo la intervención es sencilla.

¿Qué tiene que primar en esta intervención?

Dejar un espacio lo más flexible posible. Porque en el fondo las TIC son programas muy modernos en los que va a ir entrando gente que necesitará encontrar un espacio cómodo y fácil para trabajar. En concursos similares hemos trabajado con estas soluciones: en Matadero en Madrid, Tabacalera en San Sebastián, recientemente el de Estrella Galicia para su nueva sede en la ciudad. El trabajo en común en el campo de las tecnologías requiere estructuras ágiles y flexibles que puedan cambiar con el tiempo porque el sector digital es así.

¿Espacios limpios?

Sí, lo más limpios posibles, a base de sistemas de panelaje con estructura de madera y aluminio, como mucho, para lo que A Coruña y Galicia están bien armadas de estos materiales. Nuestra idea es trabajar todo con empresas locales, aplicar una arquitectura de proximidad, y yo creo que lo vamos a conseguir. Dentro hay que aislarse térmicamente con carpinterías que tendrían que poder abrirse por la situación de pandemia, con ventilación natural.

¿Por qué madera?

La tendencia hoy en día es ponerle freno al hormigón, por eso hay que promover trabajar con estructuras de madera, y Galicia debería estar preparándose para ello y no tener que importar todo, como se está haciendo ahora. Nuestra idea es trabajar con coníferas gallegas para el mobiliario, para potenciar esa tendencia a que la inversión pública se quede aquí. La cubierta habrá que cambiarla porque queremos que sea toda de madera y la estructura actual no cumple la normativa de incendios.

¿Cómo han resuelto las necesidades de superficie que señalaban las bases del concurso y que demanda el sector tecnológico?

Las bases pedían más metros cuadrados de los que tiene la nave y buscamos la manera de conseguir esa superficie adicional creando un par de entreplantas con las que aumenta el espacio y un cachivache central, una pequeña construcción de madera de casi 500 metros cuadrados útiles para aulas y la cafetería. Es una aprovechamiento de obtención de superficie sin violentar para nada las estructuras.

¿Cómo hay que actuar en el exterior del edificio?

La nave va a quedar prácticamente igual, con carpinterías de hormigón que se mantendrán.

¿Qué ordenación propone en el estudio de detalle del conjunto de la instalación?

Ahí tenemos más dudas sobre cómo va a trabajar la Universidad. Hemos planteado alrededor de la primera nave un espacio de tráfico rodado muy restringido, para carga y descarga y para vehículos de movilidad restringida, con una gran manzana de naves inspirada en el esquema de supermanzanas de Salvador Rueda. En realidad el concurso era para la primera nave, no para el plan director. Básicamente definimos volúmenes, alturas y poco más. Dibujamos la sección de calles y el arbolado. Pasar a un plan de urbanización es otra cosa. Ahora haremos la ejecución de esta nave y no sé qué hará la Universidad, desconozco sus tiempos.