Walter Moar, de la cafetería y administración de Loterías O Petón, estaba ayer muy contento con la noticia de que habían vendido un décimo del 86986, uno de los quintos premios del sorteo de El Gordo, en su local del centro comercial Cuatro Caminos. Habían pensado en abrir la administración en marzo, pero la pandemia y el cierre de las actividades no esenciales truncó todos sus planes, así que tuvieron que esperar a que la situación se normalizase y retomaron la actividad “hace unos meses”.

“Vendimos muchísimo”, decía ayer Walter detrás de la barra, a la que, antes de las diez de la mañana, acudían trabajadoras del complejo comercial a pedirle un café para llevar y un hombre desayunaba en una de las mesas con vistas a una pantalla gigante en la que estaba sintonizada, ¿cómo no? La retransmisión del sorteo de Navidad.

Solo vendieron un décimo del 86986, el quinto premio más madrugador. Saben que lo despacharon por la terminal y nada más. “Nos hace mucha ilusión”, explicaba Walter Moar, que a primera hora de la mañana no sabía quién podría haber sido el afortunado o la afortunada de los 6.000 euros. “Igual ni ellos lo saben”, decía ayer con una sonrisa y esperaba que la visita del encargado de Loterías que lleva los carteles a las administraciones que condecoran a los repartidores de suerte, no fuese la única del día. “A ver si vienes más tarde, cuando salga el Gordo”, se despedía. No pudo ser, al final, el primer premio esquivó la ciudad.

Ana Díaz Astray y Lourdes García Alvelo, ayer, en el Carrefour de Lavedra. | // VÍCTOR ECHAVE

Lourdes García Alvelo y Ana Díaz Astray estaban ayer “contentísimas” por haber vendido también un décimo del 86986. Saben que lo despacharon por ventanilla, pero no tenían “ni idea” de si el cliente les había pedido un boleto al azar o si les había solicitado ese número en concreto o que terminase en 86. Nunca lo sabrán, a menos que el agraciado o agraciada desvele su identidad y cómo acabó ese décimo —que valía 6.000 euros— en sus manos.

No es la primera vez que la administración de Loterías del Carrefour de Alfonso Molina reparte premios importantes. El año pasado también dieron un quinto premio y hace dos, recuerdan, El Niño. Para las administraciones el día del sorteo de la Lotería de Navidad es siempre importante. Reconocen que dar algún premio llama a los clientes, que se animan a comprar más en una administración que ya conoce la alegría. Fueron solo 6.000 euros, pero suficiente para decir que han sido ellas y que, quién sabe, quizá esta sea solo la antesala de lo que vendrá en El Niño.