El dictamen emitido por la Dirección Xeral de Calidade Ambiental sobre el proyecto de la nueva estación de autobuses que se construirá en el recinto de la terminal intermodal establece que deberá someterse a una evaluación ambiental simplificada en lugar de a una ordinaria, lo que reducirá los plazos necesarios para completar este trámite. La razón de esta decisión es que en la ejecución de esta obra “no son previsibles efectos significativos sobre el medio ambiente”.

La resolución favorece los planes de la Consellería de Infraestruturas, que pretende licitar esta actuación en el primer trimestre de este año y que incluyó en su presupuesto para 2021 una partida de 4,5 millones de euros con la que se podrán iniciar las obras. Las cuentas autonómicas prevén que la inversión total en la nueva terminal de autobuses sea de 28,33 millones, a pesar de que los trabajos que deberá financiar tienen un coste estimado de 17,4 millones. La razón de esta diferencia es que la Xunta se encargará también de la construcción del aparcamiento subterráneo para automóviles que se situará bajo la plataforma que albergará las dársenas de los buses, pero su coste será abonado por el Concello, que se encargará luego de la explotación de las plazas destinadas a residentes en la zona y que deberá suscribir un convenio con el Gobierno autonómico sobre esa instalación.

Entre las medidas protectoras, correctoras y de vigilancia ambiental que deben ponerse en marcha en este proyecto figuran la instalación de un sistema de extracción y purificación o mitigación del dióxido de carbono que se genere en la estación de autobuses, así como el cumplimiento de la normativa sobre exposición al gas radón, incluso durante la realización de las obras, para proteger también a los trabajadores.

La resolución de Calidade Ambiental insta también a que en el aparcamiento de la futura terminal se cuente con un sistema de alimentación eléctrica para automóviles movidos por este tipo de energía y a que se empleen pavimentos en la dársena de autobuses que absorban el dióxido de carbono y partículas contaminantes.

El dictamen recomienda además la elaboración de un estudio sobre el tráfico actual en el entorno de la estación y una estimación sobre el futuro tras la puesta en marcha de la intermodal para determinar cuáles serán los flujos de vehículos en esta zona de la ciudad. También se considera necesaria la realización de un informe sobre el ruido producido por el tráfico tanto de los autobuses como de los vehículos privados y, en función de sus resultados, instalar sistemas para reducir su impacto, como pantallas acústicas, de forma que se cumplan las condiciones de calidad ambiental que establece el plan general coruñés.

El proceso administrativo necesario para el arranque de las obras cubrió el pasado mes de octubre otra de sus fases al aprobarse el informe de la Dirección Xeral de Ordenación do Territorio e Urbanismo sobre la modificación del plan general en el polígono de A Sardiñeira afectado por este proyecto.

Además de una nueva estación de autobuses que sustituirá a la actual, el proyecto de la intermodal incluye la remodelación de la terminal ferroviaria, iniciativa que deberá abordar Adif mediante una inversión de 48,5 millones. Aunque estaba previsto que la licitación se efectuase el año pasado, el organismo estatal la pospuso al actual pero sin fijar una fecha concreta.

Los Presupuestos del Estado para este año incluyen una partida de 18,6 millones para iniciar los trabajos, que no solo reformarán el interior de la estación y cambiarán la distribución de algunas de sus instalaciones, sino que también prevén la construcción de una pasarela sobre las vías para que peatones y ciclistas circulen entre las avenidas de A Sardiñeira y Ferrocarril. Los vehículos dispondrán por su parte de un paso subterráneo bajo la estación que también dará acceso al aparcamiento.