La pandemia hizo perder al transporte público algo más de 9,3 millones de viajeros en todo el año pasado. Es una caída del 40,8% que comenzó en la segunda semana del mes de marzo, con la entrada en el primer estado de alarma por el aumento de contagios de coronavirus. De los 23.003.516 usuarios que tuvieron los buses urbanos en 2019, una cifra de récord a la que ayudó mucho la bajada de tarifas en diez céntimos y la gratuidad de algunos desplazamientos desde el mes de febrero, se pasó en un año a 13.623.457.

Los datos los avanzó ayer en el pleno el concejal de Movilidad, Juan Díaz Villoslada, al intervenir en una moción del BNG sobre transporte público que reclamaba mejoras en el servicio, y que fue aprobada por todos los grupos salvo el PP, que la rechazó. La Compañía de Tranvías los completó más tarde en un documento estadístico que muestra que el 73,6% de los viajeros (algo más de 10 millones), un porcentaje similar al de 2019, abonaron sus desplazamientos con bonobús; casi 2,1 millones pagaron al contado; y se contabilizaron más de 1,2 transbordos, incluidos los de los autobuses metropolitanos que llegan hasta el centro de la ciudad.

La incidencia del COVID produjo una severa merma en la utilización del transporte público, una caída media nacional del 46,6% en España y del 41,3% en A Coruña. Hasta el pasado 8 de marzo, unos días antes de que el Estado decretase el confinamiento de la población, la evolución del uso del bus en la ciudad era mejor que la del año anterior, al registrar un 5,3% de viajeros más, hasta 4,4 millones frente a los 4,1 de un año antes. Desde mediados de marzo, con los coruñeses en casa y la movilidad restringida, el descenso fue muy acusado, de hasta el 90% durante un mes y medio, hasta que empieza a repuntar el uso del bus hasta la mitad de junio tras las tres fases de la desescalada, aún con un 50% menos de viajeros en la segunda semana de junio.

En esos tres meses Tranvías redujo el servicio en función de cómo evolucionaba la incidencia del coronavirus en A Coruña y aplicó las medidas de prevención y seguridad en el interior de los buses señaladas por las autoridades sanitarias, que se mantienen. En el resto del año, con la pandemia en distintos niveles, con restricciones leves en el verano y más severas desde noviembre por la segunda ola de contagios, el bus registró caídas de usuarios que oscilaron entre el 41% de agosto y el 35% de diciembre.

Villoslada evitó aclarar en qué fase se encuentra la reordenación del mapa de rutas a la que aludió el BNG, aunque avanzó que el Concello modificará la línea 21 y mejorará la 11 con la modalidad exprés para reducir los tiempos de espera.

Rechazo a recuperar una policía de barrio cuestionada

El pleno rechazó ayer una moción del Partido Popular que reclamaba la creación de la policía de barrio y denunciaba el incremento de la delincuencia en la ciudad. Todos los grupos calificaron de “alarmista” la iniciativa al considerar que A Coruña es una localidad segura y replicaron al PP que durante su Gobierno no existió policía de barrio en la ciudad como afirmó y de cuya supuesta desaparición acusó a Marea Atlántica. Este grupo y el BNG expresaron su preocupación por la falta de medios y las condiciones de trabajo de la Policía Local, mientras que el Gobierno municipal destacó la reciente incorporación de 24 agentes y la inminente dotación de pistolas paralizantes y chalecos antibalas. El PP sí consiguió respaldo para una moción sobre la seguridad en Os Mallos que recogía quejas de la plataforma vecinal Distrito Mallos porque solo pedía que el Gobierno local se reúna con los residentes, aunque criticaron el panorama de inseguridad descrito por los conservadores. Tras la intervención en el escaño ciudadano de una representante de Distrito Mallos, el Gobierno local anunció que la alcaldesa visitará el barrio el próximo lunes.