La empresa balear Ferrocarril de Sóller sigue interesada en comprar los tranvías que dejaron de usarse en A Coruña en el verano de 2011. Desde la compañía aseguran que la pandemia “ha paralizado” las negociaciones, pero ya ha manifestado su interés al Concello. Fuentes municipales conocen esta propuesta, pero señalan que todavía no se ha decidido si se venderán o no los vehículos tras aprobar el pasado mes de diciembre liquidar el contrato en vigor con la Compañía de Tranvías para prestar este servicio.

La primera toma de contacto fue con el anterior Gobierno local, cuando un trabajador de la compañía visitó las cocheras de tranvías. Con la llegada del PSOE a María Pita, Ferrocarril de Sóller se puso de nuevo en contacto con el Concello para trasladarle su interés en adquirir estos vagones, pero la negociación no fue más allá, en parte por la irrupción del COVID-19.

Fuentes de la empresa de Palma de Mallorca señalan que estos tranvías les servirían como recambio para los que tienen en la actualidad en funcionamiento como reclamo turístico, que cubren las rutas entre Palma y Sóller, y entre el pueblo y su puerto. La línea se inauguró en 1913.

Ferrocarril de Sóller ya ha adquirido tranvías de este estilo, que adapta y renueva para poder ponerlos en uso. Los de A Coruña les permitiría tener stock para sustituir a los actuales en caso de avería.

De momento, la empresa no habla de presupuesto ni ha presentado una oferta económica, pues entiende que primero hay que hacer un inventario de tranvías y otras piezas para poder decidir qué le interesa y qué precio puede ofrecer. Sin embargo, el Concello todavía tiene que decidir si finalmente los pone a la venta.

La flota coruñesa, almacenada desde hace diez años, está compuesta por siete tranvías que datan de 1912, 1920, 1925 y 1937: dos son históricos y propiedad del Concello y los otros se adquirieron a los tranvías de Lisboa y Oporto.

En cuanto mejore la situación epidemiológica, la empresa prevé desplazarse a A Coruña para comprobar el estado de los tranvías e iniciar, en caso de que el Concello quiera, una negociación.

El fin del tranvía turístico en la ciudad se certificó hace apenas un mes, cuando el Ayuntamiento finalizó el contrato de este servicio con la Compañía de Tranvías, a la que pagó 489.896 euros por los gastos ocasionados. El Concello argumentó que suprime el servicio “de forma definitiva a la vista de su consideración como ineficiente e insostenible”, por “el deterioro evidente de la instalación y los coches-tranvía”, también por “el desmantelamiento a lo largo de estos años de la catenaria que sostenía el sistema eléctrico que permitía el funcionamiento del servicio” y por “la supresión de varios tramos de raíles por las obras de reurbanización del paseo marítimo”.