Para Miguel, que es estudiante del Grado de Inglés en la Universidade da Coruña (UDC), un examen presencial, en plena tercera ola de la pandemia supone un problema, por tener que compartir aula con compañeros, ya que convive con personas de riesgo. Lamenta que, a pesar del requerimiento del ministro de Universidades, Manuel Castells, de que los rectores escuchen a los estudiantes, que les piden que los exámenes sean telemáticos, no todos los profesores habiliten esa opción. “Dicen que desvirtúa la experiencia del examen, pero estamos hablando de la salud de las personas”, explica. Y comenta que, aunque no se hayan notificado contagios en exámenes, los estudiantes que tienen que coger varios medios de transporte para poder llegar al campus a hacer una prueba se están poniendo en riesgo sin razón, ya que existen medios para poder hacer los exámenes desde casa.

El decano de la Facultad de Informática de A Coruña, Luis Hervella, explica que, en este cuatrimestre, “un poco más de la mitad de los exámenes” que se han realizado han sido telemáticos. “Cuando recibimos la información de la Xunta de que los exámenes podían ser presenciales pusimos todos los medios para que se pudiesen hacer con seguridad”, comenta Hervella, que ya se ha tenido que enfrentar a la organización de pruebas “muy grandes” en plena pandemia con un flujo de 250 alumnos y alumnas que confirmaron su asistencia al examen con un formulario que la facultad les envía unos días antes de la convocatoria, para poder tener una previsión de la afluencia de los estudiantes a las pruebas y saber cuántas clases necesitan.

Son los profesores los que deciden la modalidad del examen, independientemente de las circunstancias de los alumnos, como Miguel, que abogan por que las pruebas se puedan hacer sin desplazarse al campus. “Normalmente, para un examen grande de unas 250 personas utilizábamos entre una y tres aulas, ahora estamos usando de seis a nueve”, relata Hervella. En la facultad han dispuesto dos turnos de entrada y salida y por puertas y escaleras diferentes, para que, como máximo, entren sesenta alumnos y lo hagan durante una ventada de diez minutos y van directos ya a su aula y a su mesa, donde se identifican mediante un código QR.

A pesar de que, personalmente, considera que los exámenes no presenciales introducen medidas correctoras que son “injustas” para los alumnos, porque no permiten repasar o cambiar sus respuestas a lo largo de la prueba —con el objetivo de que no puedan compartir las respuestas en grupos de Whatsapp—, cree que es una buena opción en estos tiempos de pandemia. “Por ahora nadie nos ha reportado problemas técnicos”, confiesa Hervella, que apunta a que los profesores hacen ya un tipo de examen diferente para las pruebas telemáticas, ya que dan por hecho que los alumnos tendrán los apuntes delante.

Otras facultades, como Socioloxía, mantiene los exámenes presenciales, a pesar de la posibilidad de hacerlos telemáticos. Para evitar contagios, todo el equipo del decanato presta apoyo a los profesores para vigilar las pruebas, que se realizan en más aulas que antes, para garantizar la distancia de seguridad entre los alumnos.

El ministro de Universidades, con los alumnos

El ministro de Universidades, Manuel Castells, instó a los rectores a que escuchen a los estudiantes que se han quejado de que, en plena tercera ola de la pandemia, tengan que ir a la facultad a hacer sus exámenes poniendo en riesgo su salud y la de sus convivientes. Castells aclaró ayer que la responsabilidad recae sobre las universidades, que deben respetar las normas sanitarias como cree que se hace, pero se mostró también favorable a contar los episodios en los que los estudiantes no se sienten seguros, ya sea en los pasillos o en las aulas. La Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), de la que forma parte la UDC, se manifestó, tras estas declaraciones, “en defensa de la presencialidad” y alegó que las facultades son “espacios seguros” ya que se extreman las medidas sanitarias. El Rectorado de la UDC envió el pasado miércoles, una resolución para decir cómo había que adaptarse a las nuevas restricciones impuestas por la Xunta, que da libertad al profesorado para elegir la modalidad de examen, presencial o telemática. El presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, avanzó el pasado lunes que, si bien las clases universitarias se pospondrían hasta el 8 de febrero, y que, a partir de ahí y hasta el 17 solo se podrían impartir de forma telemática, los exámenes se mantendrían según el calendario previsto. Son los docentes de cada una de las materias los que deciden la manera en la que se realizará el examen, aunque el ministro defiende que, en el año 2021 y en el actual contexto de pandemia han de poder hacerse telemáticos.