En septiembre del año pasado, un tuitero notificó al Concello que había visto un coche abandonado en el Camiño de Saramelos, en Elviña, cerca de la calle Antonio Insua Rivas, para que se lo llevasen. Al vehículo, un modelo viejito de Peugeot, se notaba que nadie lo había movido en un tiempo, pero estaba en relativas buenas condiciones. Cuatro meses después, el mismo tuitero volvió al lugar de Elviña y, para su sorpresa, nada había cambiado. Bueno, algo sí, que el coche estaba mucho peor, ya alguien se había llevado parte de su carrocería y la maleza había empezado a integrarlo en el paisaje. Cuatro meses después, volvió a hacer el mismo requerimiento al Concello.