Diseñar el primer edificio de la Ciudad de las TIC y trazar las líneas generales de su plan director. Este fue el objeto del concurso de ideas de la Universidade da Coruña y el Clúster TIC gallego resuelto en diciembre para elegir el proyecto más adecuado para el Centro de Servicios Avanzados, la primera nave del parque tecnológico, que estaría en funcionamiento en 2022 en los terrenos de la antigua fábrica de armas. El jurado premió como propuesta ganadora con 10.000 euros la firmada por el arquitecto coruñés Carlos Pita Abad, que será ejecutada; pero también reconoció otros tres planteamientos, a los que otorgó premios en metálico menores. Estos son, de menor a mayor valoración, los mejores proyectos de un concurso que, según sus promotores, concitó “muy valiosas” ideas.

Mención honorífica. Doom 2020 es el nombre que dieron a su propuesta los arquitectos y profesores Jesús Irisarri, Guadalupe Piñera, Patricia Sabín y Enrique Blanco. “Se propone la transformación de un complejo urbano introvertido, amurallado y ajeno a la ciudad en un campus abierto y participativo, que recoge el deber de los equipamientos públicos de hacer ciudad y compartir aquellos elementos que generen espacios sociales y de alta densidad de usos que los hagan sostenibles y dinamizadores para el entorno en el que se ubican”.

Con esta concepción, los autores apostaron por un edificio, el futuro Centro de Servicios Avanzados, con un sistema de bandas equipadas que “respetan las huellas del tiempo”. Dos núcleos de comunicaciones e instalaciones en esquinas opuestas garantizan una distribución versátil, con capas térmicas “para establecer estrategias de ventilación y climatización que se corresponden con los mejores estándares energéticos”. Su materialización se haría mediante técnicas que permiten “el desarrollo de tecnologías locales de la madera”, explican los responsables. La bautizada como Plaza de las TIC, en el exterior, plantea un diseño parecido al de los campus, “con una logia permeable donde se integren aquellos espacios de uso compartido con la ciudad”.

Espacios comunes entre naves del proyecto Irisarri, Piñera, Sabín y Blanco

Tercer clasificado. Elizabeth Abalo y Gonzalo Alonso, con la colaboración de Manuel Platas, firman el proyecto para el Centro de Servicios Avanzados de la Ciudad de las TIC que mereció la tercera mejor valoración en el concurso, bajo el nombre Egjia 117. La propuesta opta por el acero para implantar nuevas carpinterías y concibe la nave como un “parque urbano” con recepción, núcleo de comunicaciones, gradas de estancia, cafetería, aseos, corredor, taquillas y área de descanso como elementos de apoyo para laboratorios, áreas de trabajo y reuniones y salas multiusos para charlas y formación. En el exterior, dos aparcamientos en superficie.

La intervención propuesta en la nave sería extrapolable parcialmente al resto de inmuebles. “Se conservan las edificaciones originales, saneadas y aisladas por el exterior y con las nuevas carpinterías de acero para mantener una imagen sobria y austera. El recinto se abre al público, con un interior en el que se inserta un volumen de madera que ocupa parte de la zona central y un cuerpo adosado a la fachada interior con aseos e instalaciones. El resto del espacio se deja libre, preparado para su división en función de los usos futuros”, describen los arquitectos.

Planta baja con espacios de coworking según el diseño ganador de Pita

El resto de la planta es fácilmente divisible, con luz natural en todos los espacios. Y en el exterior se diseña un aprovechamiento ordenado de zonas de la parcela total con aparcamiento, huerto urbano, área de bienestar, escuela infantil y áreas deportivas. Habría dos paradas del transporte público en el perímetro del futuro parque tecnológico.

Segundo clasificado. La conservación de una imagen industrial y la dotación de una nueva concepción arquitectónica “más acorde con nuestro tiempo” confluyen en la propuesta Motherboard, la mejor valorada en el concurso para el primer edificio de la Ciudad de las TIC por detrás de la ganadora. Los arquitectos Xosé Manuel Casabella y José Luis Martínez Raído son sus responsables.

Huerto urbano y zonas verdes en una recreación del proyecto Abalo y Alonso

“El objetivo es mantener el valor ambiental del complejo evitando propuestas excesivamente intervencionistas o descontextualizadas”, subraya la memoria justificativa del proyecto. ¿De qué manera? Con la rehabilitación de la fachada de la nave en estuco blanco, incorporando “una nueva fachada tecnológica hacia el vacío de la nave central”, de modo que se reduciría al mínimo la necesidad de iluminación artificial durante el día; cubiertas invertidas, carpinterías de aluminio y tabiques prefabricados de madera; un claustro ajardinado en el interior y naves laterales dedicadas a zonas de trabajo o coworking; una entreplanta para añadir más espacios de trabajo; la primera planta con laboratorios, aulas-taller y salas de reuniones; y una segunda altura con despachos complementarios.

Para el conjunto de la antigua fábrica de armas y futuro polo de innovación tecnológica, los arquitectos se apoyan en la estructura de supermanzanas que presenta el complejo, que tendría dos áreas de aparcamiento con 750 plazas en total, masas de arbolado existentes a las que se añadirían especies autóctonas y un lago central como elemento paisajístico.

Interior abierto con grada del proyecto de Abalo y Alonso

Proyecto ganador. El diseño de Carlos Pita, con la participación de José Carlos Iglesias Fernández y Manuel Pérez Lorenzo, ganó el concurso de la Ciudad de las TIC y el proyecto de ejecución está ya en fase de redacción. As Found propone como líneas básicas el aprovechamiento de la superficie mediante entreplantas, el uso destacado de la madera y la creación de espacios limpios y fluidos. “Crear un paraíso donde trabajar, donde investigar, donde crear riqueza y conocimiento”, expone como principio.

La nave presenta una estructura arquitectónica central de tipología basilical con cabida para aulas y zonas de coworking, que, según Pita, “evoca las construcciones realizadas dentro de las naves de la fábrica de armas”. El diseño se completa con la eliminación de “anécdotas que distraen de la limpieza espacial y constructiva” del nuevo edificio. El diseño exterior de los terrenos apuesta por espacios de agricultura periurbana, un parque en la superficie más verde, un prado, un estanque y distinto equipamiento, entre ellos el deportivo y un aparcamiento en la parte más exterior.