Son muchos los vecinos afectados por la costumbre de algunos dueños de perros de permitirles que orinen en las fachadas de los edificios, por lo que es frecuente la aparición de carteles en los que se quejan de esta práctica. Pero en Betanzos hay una administración de fincas que ya elabora estos letreros para las comunidades que gestiona y en los que advierte: “Mi fachada no es un Pipican”, a lo que añade los perjuicios que a su entender generan las micciones de los canes, como que es insalubre, antihigiénico, antiestético, produce olores, atrae insectos y otros animales y, además, causa daños en la fachada, por lo que solicita que no se tolere esta conducta de los perros.