Concierto en el establecimiento, antes de su cierre. | // CEDIDA

Momentos previos a una actuación en el BâBâ Bar. | // CEDIDA

Concierto de Marian Ledesma & Tinaquero Brothers. | // CEDIDA

El año pasado, la sala de conciertos BâBâ Bar alcanzó la década de vida con una triste paradoja: la crisis del coronavirus no solo no permitió a su propietaria, Cristina Toba, celebrar la efeméride, sino que abocó al cierre a la sala. Para Toba las ayudas prometidas llegaron tarde, y el espacio que había acogido durante diez años los espectáculos de la más diversa índole sufrió las consecuencias, al convertirse en la primera sala de conciertos de la ciudad que bajaba la reja de forma indefinida. Ya entonces, Toba decidió desprenderse de lo material a través de un mercadillo instalado en la propia sala, en el que puso a la venta desde los taburetes hasta la vajilla del local.

No obstante, si de algo no quiere deshacerse la propietaria de la historia inmaterial de una sala que ha servido de escenario a aristas emergentes y consolidados. Tanto es así que su propietaria ha hecho un llamamiento a través de sus redes sociales, con el que busca recopilar todos esos trozos de historia que compusieron, durante años, la idiosincrasia del BâBâ Bar. “Me di cuenta de que una pequeña sala como el BâBâ Bar había generado un movimiento cultural y artístico muy importante. Yo cerré y se acabó la historia, pero el trabajo está ahí, y a mí me parece importante catalogarlo”, relata la propietaria. Por ahora, su llamamiento ha surtido un efecto masivo: artistas y adeptos a la sala le han hecho llegar, hasta el momento, todo tipo de material relacionado con la sala: desde imágenes de conciertos y espectáculos, links de las actuaciones y vídeos de los espectáculos.

Un recopilatorio colectivo que nace no solo para documentar la contribución de la sala al tejido cultural local de la ciudad, sino para reivindicar estos espacios, afectados como pocos tras el impacto de la crisis sanitaria y con las puertas cerradas desde hace casi un año. “Muchos artistas han empezado aquí sus carreras. Calculamos que aquí se celebraron 240 actuaciones al año. Es importante contarlo, no decir que cerramos y ya está”, reclama Toba, que insiste en destacar la labor de los muchos artistas que pasaron por la sala y que se encuentran, como el resto del sector cultural, en sus horas más bajas. “La idea es elaborar un catálogo de todo lo que se ha hecho en la sala, contar quiénes son los músicos y los artistas, qué estilo tienen... por ahora nos han enviado muchísimo material, ahora toca organizarlo y ver cómo se va a plantear”, adelanta Toba. Lo más importante: que conste y que no se pierda.