La mejora de la situación sanitaria causada por la pandemia en el área sanitaria de A Coruña llevó ayer a la Xunta a autorizar desde el próximo lunes el levantamiento del cierre perimetral, por lo que los habitantes de estos municipios —excepto los de Arteixo, Miño, Ponteceso y Sobrado, que permanecen en el nivel alto de restricciones— podrán desplazarse libremente por el resto de la comunidad gallega, aunque solo en las localidades que se encuentren en la misma situación.

La salida del grado más alto de las limitaciones a la actividad social hará posible además que los establecimientos de hostelería puedan utilizar el interior de sus locales, aunque con un máximo de ocupación del 30%, mientras que las terrazas continuarán limitadas al 50% de su aforo.

Las nuevas medidas entrarán en vigor en la medianoche del domingo al lunes e incluyen la permanencia de las 18.00 horas como límite para la apertura de los locales hosteleros, además de las 22.00 horas como momento para el cese de la movilidad de la ciudadanía. El conselleiro de Sanidade, Julio García Comesaña, indicó que el anuncio en el cambio de las restricciones se realizó con 48 horas de antelación a su entrada en vigor para que los ayuntamientos puedan adaptarse a la nueva situación y que la ciudadanía tome conocimiento de ella, ya que en otras ocasiones se criticó que los cambios se comunicaban con pocas horas de antelación.

El nuevo régimen de funcionamiento para la hostelería supondrá por lo tanto un ligero alivio para los empresarios de este sector, uno de los más perjudicados por los efectos de la pandemia, ya que tan solo tendrá un impacto relevante para aquellos que cuenten con un local de grandes dimensiones, puesto que aquellos cuyo interior sea reducido apenas verán incrementar su facturación.

Las terrazas, aunque tan solo a la mitad de su tamaño máximo, y la venta a domicilio para aquellos negocios dedicados a la restauración, continuarán siendo las vías de salida de la crisis para los hosteleros, a la espera de una mejoría sanitaria que permita un aumento de aforo.

Los datos aportados ayer por la Consellería de Sanidade reflejan que la tasa de incidencia acumulada en la ciudad de A Coruña a siete días pasó de 119 a 95 casos por cada 100.00 habitantes, mientras que en la comarca descendió de 105 a 80 durante la última semana. El número de casos activos en el área sanitaria se situó ayer en 1.338 gracias a las 184 altas, que consiguieron amortiguar los 82 nuevos contagios, de forma que hay que remontarse al día de Reyes para encontrar un volumen similar de infectados, cuando aún no se había alcanzado la fase más aguda de la tercera ola.

Pero el crecimiento de los nuevos casos se mantiene por cuarto día consecutivo después de que los pasados lunes y martes se produjera un descenso significativo, con tan solo 17 y 30 casos respectivamente. El número de pruebas PCR efectuadas fue de 2.013 pruebas y las de resultado positivo fueron 71, de forma que el porcentaje de positividad se situó en el 3,5%, por debajo del 5% considerado por la Organización Mundial de la Salud como el nivel de control de la transmisión.

Los pacientes hospitalizados con COVID eran 128 el jueves, 31 menos que el miércoles, cifra que se corresponde con la registrada el 12 de enero. En UCI había 31, dos menos, de los que 28 estaban en el Hospital Universitario, dos en el Modelo y uno en el Quirón, mientras que en planta había 97, con una rebaja de 29, la mayoría de ellos en el Universitario. En cuanto a los fallecimientos, se produjeron dos nuevos casos que incrementan a 550 los ocurridos en el área sanitaria. Los enfermos que continúan en sus hogares bajo seguimiento médico son 1.260.

cmiranda

“Tengo pensado abrir por salud mental, porque es tedioso estar con el negocio parado”

La posibilidad de abrir el interior de su establecimiento al 30% de su aforo no resolverá los problemas de Iago Cagiao, propietario del restaurante El rincón de Alba, ya que el local tan solo cuenta con cinco mesas en el interior y únicamente podrá atender en dos de ellas. “Es indignante porque no te da ni para pipas”, clama el hostelero, quien también se ve perjudicado porque su terraza solo tiene dos mesas. A pesar de todo, optará por utilizar el interior del local el próximo lunes aprovechando el nuevo régimen de restricciones.,

“Tengo pensado abrir por una cuestión de salud mental, ya que tener la cabeza ocupada en mi caso es básico y es tedioso estar con el negocio parado”, explica Cagiao, quien además solo abre la terraza los fines de semana y bajo demanda. “Económicamente no es gran cosa, pero hay que ir poco a poco a ver si este es el último cerrojazo que nos hacen”, comenta sobre la posibilidad de reabrir el interior.

El rincón de Alba continúa además sirviendo comidas para llevar, modalidad de la que Cagiao señala que “funciona muy bien” a pesar de que era “muy escéptico” sobre su resultado, ya que admite que los pedidos son numerosos el fin de semana. En el sector la situación es de “desánimo total” porque el último cierre “fue el más duro”. “Entre nosotros hablamos que si hay un nuevo cierre, de los cinco que quedamos, tres cerrarán definitivamente”, comenta.