Estudiaba cuarto de Enfermería cuando se le presentó la oportunidad de sumarse a las listas de voluntariado para luchar contra el COVID-19. Y no lo dudó. Así fue como María García acabó trabajando en la residencia de mayores El Remanso, ubicada en Os Rosales, donde se detectaron casos de COVID-19. “Nos habían quitado las prácticas por la pandemia y como me metí en una carrera con retos y situaciones complicadas pensé pues me apunto y así me quito la tirita de golpe”, comenta.

En la primera semana de trabajo se sintió “sobrepasada” y llegaba a su casa “llorando”, incapaz de asimilar la realidad que estaba viviendo. “Estaba haciendo de enfermera sin ser todavía enfermera”, destaca, pero la carga de trabajo no pudo con ella. “Lo pensé en frío y dije ‘esto no me puede acobardar, me va a dar rodaje’. Además, me había comprometido”, razona la joven.

María García recuerda que “los turnos eran largos” porque “cada día había más contagios y muchos compañeros estaban de baja”. “No había personal”, resume. La situación, no obstante, le sirvió para “aprender” y ganar una experiencia que le ha llevado a cubrir una baja en el hospital Abente y Lago, donde se encuentra actualmente. Aunque aquí también ha aparecido el coronavirus como obstáculo, siempre para superarlo, eso sí. “Me pasaron a planta COVID en enero porque necesitaban personal, pero noté un cambio con respecto al principio de la pandemia, y es que, en general, hay más organización”, revela.

Admite que “sigue siendo duro” enfrentarse a esta nueva realidad, así que ha conseguido aprender a afrontar el día a día y sus retos “a base de palos”. “Es duro ver a familiares en una misma habitación y que se muera uno. O que un paciente vea que su compañero de al lado fallece de lo mismo que tiene él”, expone, consciente de que esta rutina acaba siendo “agotadora”, aunque las vacunas permiten mirar al futuro de otra manera.

Cuando en marzo se ofreció voluntaria para aportar su granito de arena, García no se esperaba este camino “tan difícil”, pero a la vez gratificante. “Al principio, cuando me apunte, creí que sería para ayudar en el hospital pero al final fui a una residencia y la verdad es que de todo se aprende”, concluye.