El Concello realizará durante los próximos meses obras en los paseos de acceso a las playas de Riazor, Oza y San Amaro para que, desde este verano, las personas con movilidad reducida puedan llegar a los arenales y no solo de disfrutar de la experiencia de ir a la playa sino también de la de bañarse.

El plazo de ejecución es de cuatro meses y las obras se realizarán en dos fases y con cofinanciación europea. El Concello informó ayer de que, en un primer momento, se mejorarán los paseos colindantes de estas tres playas, con el objetivo de garantizar su accesibilidad y en una segunda fase, se atenderán las necesidades de las personas usuarias de los arenales en cuanto a la instalación de equipamientos y a que los espacios sean transitables. De esta forma, se habilitarán plazas de movilidad reducida para que los vecinos que lo necesiten aparquen al lado de las tres playas.

“En Oza se estabilizará el paseo para que puedan pasar las personas en silla de ruedas”, dijo ayer la concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, que visitó el arenal para explicar estas actuaciones.

Las personas que opten por ir a la playa a Oza dispondrán de plazas de aparcamiento en O Puntal, donde también habrá una zona de transferencia que permitirá la bajada al arenal en silla de ruedas.

El punto de accesibilidad estará situado en el centro de la playa y en San Amaro se colocará en un extremo, cerca del Club del Mar, ya que el desnivel en ese lado es mucho menor. Allí también se habilitarán plazas de movilidad reducida, que se sumarán a otras que se reservarán junto al puesto de socorrismo.

En la playa de Riazor, según informó el Concello, el punto de accesibilidad estará en el acceso que está a la altura de la calle Eduardo Pondal, donde se reservará un espacio para que estacionen sus vehículos las personas con movilidad reducida.

Además, las tres playas contarán con duchas, aseos, hamacas y andadores adaptados y con sillas y muletas anfibias a disposición de los usuarios con movilidad reducida, para mejorar su experiencia de ir a la playa.

El arenal de Oza dispondrá, a mayores, de una fuente adaptada, una pérgola de sombra y una grúa de transferencia para facilitarle al personal de socorrismo el cambio de los usuarios que así lo soliciten de la silla de ruedas a la silla anfibia, que es la que se utiliza en la playa.

Se aprovecharán también las pasarelas de madera del arenal de Oza —a las que se le esmaltarán los bordes para poder localizarlas con más facilidad— para mejorar la accesibilidad, de modo que, a la parte fija que tienen en verano, se le añadirá una pasarela de poliéster desmontable en la zona intermareal, que completará el camino hasta el agua, para que las personas con movilidad reducida puedan bañarse e ir a la orilla con seguridad.

Este proyecto cuenta con un presupuesto de 125.000 euros, que está cofinanciado por la Unión Europea, dentro de la estrategia Eidus Coruña y un plazo de ejecución de cuatro meses.

Uno de los impulsores de la iniciativa, el asesor de la asociación Grumico, en el área de accesibilidad, Fran Carreira, destacó ayer que estos cambios, aunque no sean muy visibles, sí que facilitarán la vida a muchas personas, que podrán disfrutar de la playa en verano.