En estos tiempos de coronavirus, en los que a las diez hay que estar en casa y las discotecas permanecen cerradas, los más jóvenes se las ingenian para pasar tiempo juntos. Las calles de Betanzos se llenaron estos días de amigos y amigas dispuestos a bailar y disfrutar, vestidos de gala, incluso con tacones, como en la antigua normalidad. Pero el plan no salió como esperaban. Las pandillas no pasaron desapercibidas y la policía fue tras ellas para evitar botellones. Así empezó la estampida. Muchos echaron a correr por las callejuelas, escapando de los agentes, pero otros no tuvieron tanta suerte. “Para casa”, decía uno de los policías.