El futuro de los terrenos portuarios de San Diego parece orientado hacia su venta con el fin de reducir la deuda de la Autoridad Portuaria por la construcción del puerto exterior tras el anuncio por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, de su apuesta por dedicarlos a la promoción de viviendas con ese objetivo. Esa iniciativa supondría abandonar la línea de reclamar la condonación de la deuda que fue aprobada de forma unánime por la Corporación municipal e implicaría la renuncia a que los muelles conserven su carácter público. El Gobierno local tan solo manifestó ayer sobre la propuesta de Feijóo que el destino de San Diego “se abordará en la reunión con el resto de administraciones para buscar una solución a la deuda de la Autoridad Portuaria y la progresiva desafectación de los muelles interiores”.

Ese encuentro, previsto para el próximo 9 de abril, reunirá de nuevo en A Coruña a representantes del Ministerio de Transportes, la Xunta y el Concello para decidir cómo resolver el problema financiero del Puerto, sobre el que la administración estatal siempre ha defendido que es necesario enajenar los muelles que queden liberados para disminuir el volumen de la deuda. El Gobierno gallego mantiene aún su propuesta de convenio de 2018 para adquirir el 51% de la propiedad de los muelles de Calvo Sotelo y la Batería, por los que está dispuesto a abonar 20 millones de euros para que sigan siendo suelo público, y ahora añade su intención de que San Diego se dedique a ampliar las zonas residenciales de la ciudad mediante la iniciativa privada.

Esta opción privaría al puerto coruñés de una amplia zona ocupada en la actualidad por empresas dedicadas a actividades económicas relacionadas con el mar, en especial con la pesca, que se verían obligadas a trasladarse a otros emplazamientos, a pesar de que tanto la lonja como la dársena pesquera de Oza continuarán formando parte de los muelles interiores.

Hace solo mes y medio, el presidente de la Autoridad Portuaria, Martín Fernández Prado, reclamaba una “reflexión global” sobre el futuro de San Diego “ante la necesidad de espacio para sectores en crecimiento como la pesca”. A esto añadió la necesidad de repensar si debe trasladarse la estación de mercancías al considerarla “clave” para mantener la intermodalidad del transporte entre el puerto y el ferrocarril.

“No creo que haya diferencias con el Concello, ya que el Gobierno local hizo un concurso de ideas en el que había muchas buenas para ser aprovechadas”, declaraba el propio Fernández Prado a este periódico tras su toma de posesión en diciembre sobre el destino de los muelles de la ciudad y en relación tanto con la iniciativa adoptada durante el mandato de Marea Atlántica, que recabó propuestas urbanísticas para los muelles, como con la desarrollada en el actual por el PSOE, que encargó a la Universidade da Coruña un estudio sobre estos aspectos.

La propuesta bautizada como Porsuporto, que recibió la mejor calificación en el concurso municipal de ideas de 2018 planteaba que tras el traslado a punta Langosteira de los tráficos de graneles sólidos, el muelle de San Diego mantuviera su actividad portuaria al entender que es la que “aprovecha de una mejor manera las condiciones geográficas y la configuración urbana del área metropolitana de A Coruña”. A largo plazo, este trabajo proponía la creación de dos áreas de la zona de San Diego en la que se combinarían los usos residenciales, dotacionales, terciarios y de actividad portuaria, entre las que mencionaba las economías verde y azul.

El primero de ellos se ubicaría en la actual esquina de la estación de San Diego con la avenida del Ejército y el acceso al puerto en esa zona, mientras que el segundo se situaría en el hasta ahora puerto petrolero y con el objetivo de “reconectar la ciudad con el mar” . Los autores de Porsuporto admitían que la construcción de viviendas en los muelles es “uno de los grandes temas de debate público en la actualidad” y defendían su introducción en la nueva ordenación al considerarla “la mejor herramienta para garantizar la deseable mezcla de usos y la vitalidad urbana, evitando franjas del día sin actividad alguna en las calles y permitiendo la posibilidad de que estos nuevos desarrollos puedan ser imaginados como barrios en poco tiempo”.

Pero también proponían que la propiedad del suelo sobre el que se levantarían las viviendas permanezca siendo pública y que los pisos sean además también públicos de alquiler social, cooperativas de vivienda en cesión de uso, residencias y albergues o proyectos experimentales. Otra de sus preocupaciones es que los nuevos barrios que surgirían con esta operación urbanística deberían tener “una cierta diversidad social y de renta”.

Las Líneas Estratégicas para la Reordenación del Espacio Portuario Interior elaboradas por un equipo de la Universidade da Coruña para el Concello plantean mantener en San Diego la actividad portuaria y la actual edificabilidad, aunque liberando espacio al dar mayor altura a las naves industriales. De todo el volumen edificable, un 10% se reservaría a viviendas que se emplazarían en el muelle petrolero y con una altura y distribución similar a la de los tanques de combustible existentes ahora en el lugar. El director de este estudio, el profesor Carlos Nárdiz, justificó la importante reducción de la edificabilidad propuesta con relación a la que permite el plan general al considerar esta zona como “muy sensible desde el punto de vista paisajístico y ambiental”.

REVERSIÓN DE LOS TERRENOS

“Si en un momento dado se retiraron del dominio público unos terrenos litorales en aras de unos usos portuarios que beneficiaban a la colectividad y ahora desaparecieran esas actividades, los terrenos deberían revertir a los coruñeses”, opina Xoán Carmona, catedrático de Economía Aplicada en la Universidade de Santiago y uno de los expertos que intervino en los debates del proceso Tecendo Litoral que se desarrolló en la ciudad en 2018.

Carmona entiende que San Diego no debe perder los usos pesqueros porque “la actividad económica dinamiza la ciudad y hay constatación histórica y empírica de que el vaciado de las actividades industriales y pesqueras de los puertos genera áreas extrañas y desasidas de la tradición y que incluso se degradan fácilmente”.

Para este experto en historia marítima e industrial de Galicia, si los terrenos de San Diego van a ser reutilizados debe reforzarse la actividad pesquera, que considera compatible con otras del propio puerto, ya que en su opinión, la pesca “es un estímulo para el turismo y la propia ciudadanía”.

Carmona advierte además que la pérdida de las actividades relacionadas con la pesca en los muelles de A Coruña produciría “la despersonalización de la ciudad”, así como “a perder y no a ganar relación con el mar”, ya que llenar la fachada marítima coruñesa de viviendas supondría convertirla en similar a la de otras muchas ciudades.

Marea y BNG tachan de “pelotazo” la propuesta de Feijóo

La defensa por Feijóo de la venta de los terrenos de San Diego animó al grupo municipal de Marea Atlántica a preguntar en el próximo pleno al Gobierno local si respalda esa iniciativa, que califica de “pelotazo”. Su portavoz, María García, recuerda que el presidente de la Xunta hizo esa propuesta delante de la alcaldesa, Inés Rey, y que esta no mostró su opinión al respecto pese a que para esta formación supone “sacrificar” los muelles de San Diego y petrolero para construir “torres de viviendas a precios imposibles”. También critica la “hipocresía” de Feijóo por exigir la condonación de la deuda del Puerto y luego admitir ante el ministro de Transportes, José Luis Ábalos, su olvido a cambio de que el Estado construya la conexión ferroviaria de punta Langosteira.

Para el portavoz del BNG, Francisco Jorquera, el presidente de la Xunta prefiere ejercer en San Diego como “promotor inmobiliario” al defender el regreso a los convenios de 2004 para llevar a cabo un “gran pelotazo urbanístico” que además supone, a su juicio, la renuncia a la condonación de la deuda portuaria, por lo que advierte a Feijóo que los nacionalistas estarán “absolutamente en contra” de esta propuesta.

El vicesecretario xeral del PSdeG, Pablo Arangüena, comentó ayer la política de la Xunta hacia la ciudad y, aunque no mencionó el anuncio de Feijóo sobre el muelle de San Diego, calificó de “nefasta” la gestión del anterior presidente del Puerto, Enrique Losada, por la pérdida de tráficos en los últimos años, así como “fiascos” del propio Feijóo las promesas de instalación en punta Langosteira de una terminal del grupo mexicano Pemex y del chino Beijing 3E.