El Concello coruñés completó ayer el derribo de cuatro infraviviendas del asentamiento precario de A Pasaxe. Tras la actuación fueron realojadas tres familias de las que todavía residen en el poblado. Estos realojos se unen a los cinco que ejecutó el Concello en 2020, año en el que el proyecto estuvo paralizado debido a la pandemia. Todavía quedan, según aseguran fuentes municipales, nueve unidades familiares viviendo en el asentamiento, que están pendientes de una alternativa habitacional.

Con estos nuevos realojos, ya suman 15 las familias que abandonaron el poblado desde el inicio del mandato en 2019, además de las que fueron reubicadas desde que el proyecto diera comienzo durante la legislatura anterior, con Marea Atlántica en el Gobierno local. Un proceso que depende, en esencia, de la voluntad de los residentes de A Pasaxe y de la disponibilidad de vivienda adecuada a sus características.

Este último punto es fundamental, pues las unidades familiares que todavía quedan en el asentamiento tienen condicionantes y composiciones diversas, con lo que los técnicos municipales deben dar con la alternativa que mejor se ajuste a sus necesidades familiares y laborales. En muchos casos, el sustento de la familia viene de la chatarra, por lo que es necesario para estas personas contar con un lugar adecuado para poder amontonarla y trabajarla, así como espacio para guardar las atracciones de feria hasta que puedan reanudarse estas actividades, otro medio de vida habitual entre los residentes de A Pasaxe.

Otra de las dificultades estriba en persuadir a las personas que todavía quedan en el asentamiento para que abandonen el que ha sido su hogar durante 30 años, como aseguró el mes pasado la concelleira de Benestar Social, Yoya Neira, con el objetivo de mostrarles “la parte positiva” de la mudanza. Fuentes cercanas a los residentes explicaron entonces que los técnicos de Benestar Social les habían ofrecido una alternativa para abandonar el poblado, ante lo que las familias optaron por solicitar el consejo de un abogado para saber si tienen la obligación de aceptar la propuesta o pueden declinarla.

Un mecanismo para aumentar la bolsa de vivienda disponible es que los propietarios que cuenten con viviendas vacías las pongan a disposición de la Empresa Municipal de Vivienda de A Coruña (Emvsa), pues, en caso de impago, es el Concello quien se hace cargo del abono del alquiler. Actualmente, según datos aportados por el Gobierno local, cinco técnicos de distintos perfiles, así como personal del Equipo de Atención Social, se dedican al trabajo con los residentes de los asentamientos.

Benestar Social intervino, el pasado ejercicio, en A Pasaxe, As Rañas y O Portiño y siguió, según aseguraron desde la concellería, con las tareas de control de la evolución de las familias que se adscribieron al plan de realojo de Penamoa. En el caso de A Pasaxe, afirman, también se hizo supervisión y seguimiento de las unidades familiares que abandonaron las infraviviendas.