Después de años de intentos por traspasar al Concello las instalaciones comunes del polígono, como los viales, las canalizaciones y el alumbrado, los responsables de Pocomaco están a punto de alcanzar un acuerdo definitivo sobre esta cuestión. Para el presidente de los propietarios de este parque empresarial, Ricardo Tormo, la medida supondrá la plena integración de Pocomaco en la ciudad.

¿Cómo será el proceso de cesión de las infraestructuras?

Va a ser una cesión prolongada en el tiempo pero no será inmediata, ya que seguramente habrá varias fases. No podemos ser una isla dentro de A Coruña, debemos ser parte de la ciudad.

Antes de proceder a la cesión, el Concello encargó un estudio sobre el estado de todas las infraestructuras, ¿conocen su resultado?

El estudio se ha realizado y está en poder del Ayuntamiento, que es quien lo encargó, pero no tenemos un conocimiento completo del mismo. Sabemos que las infraestructuras que estaban pensadas para 1977 [año en el que se inauguró el polígono] se ajustaban a una normativa y ahora evidentemente hay otra, por lo que habrá cosas que tendrán que adecuarse. No sé exactamente el rango de inversión que habrá que afrontar para poner todo al día. Pocomaco jamás ha tenido la posibilidad de solicitar ayudas europeas para abordar esas inversiones, como han hecho los polígonos públicos, porque el hecho de ser privados nos ha excluido de ellas, ya que las hemos solicitado muchas veces y se nos han denegado por esta razón. Una vez que se realice la cesión y si el Ayuntamiento nos echa una mano, seguramente podremos optar a recibir esas ayudas.

¿Esa inversión será toda por parte del Ayuntamiento?

Evidentemente, aunque si queremos ser públicos por un lado tendremos que pagar cosas que ahora no hacemos, como los vados.

¿Eso les causa problemas en la actualidad?

Causa ciertos problemas. La empresa de seguridad contratada por el polígono se encarga de que se despejen las zonas cuando consideramos que hay un aparcamiento indebido, pero no tenemos el derecho a tener un vado. Hace unos años se daba el contrasentido de que llamábamos a la Policía Local y nos decía que al ser un polígono privado de uso público que no es que no pudiera entrar, pero que tenía que hacerlo con cuidado porque los viales no son públicos.

¿Se mantendrá la seguridad privada una vez que se realice la cesión?

Sí, tenemos claro que es una cuestión de orden y todos los comuneros estamos obligados por los estatutos a participar en el pago de este servicio. Por eso es difícil, no digo que imposible, que haya robos, ya que hay vigilantes durante las veinticuatro horas del día.

El aspecto negativo de la cesión es que tendrán que pagar más impuestos.

Lo que es imparable es que seamos parte de la ciudad. Nos costará un poco más caro, pero en este momento mantenemos unas cosas que son privadas pero que las usa todo el mundo, ya que por aquí pasa el bus urbano y por aquí se pasa para ir al polígono de Vío.

¿Hay conversaciones con el Ayuntamiento para mejorar el transporte público en el polígono?

Hemos solicitado que se aumentasen las frecuencias y la cobertura del polígono, ya que ahora solo se cubre un 25%. El Ayuntamiento propone crear aparcamientos disuasorios en el entorno para facilitar el tráfico, pero si se hacen hay que trasladar a la gente de alguna manera dentro del polígono. Tenemos alguna idea para hacerlo, pero lo iremos solucionando con el tiempo.

La Compañía de Tranvías justifica no ampliar el servicio porque muy pocas personas usaban el bus cuando hubo una línea más larga.

Los servicios públicos son públicos y si la gente paga impuestos hay que darle servicios. Es posible que el bus no pueda atravesar todo el polígono, pero la rentabilidad no puede ser la base de la negociación sobre un servicio público. Aquí trabajan 5.000 personas y los aforadores de tráfico nos han marcado en los días de mucho tránsito entre 20.000 y 22.000 vehículos entre entradas y salidas. Tenemos en el polígono la Fundación Mans, que emplea a personas con discapacidad y ¿cómo le digo a una de ellas que se baje en la parada del Gadis y que vaya caminando 900 metros hasta su puesto de trabajo y sin aceras?

El acceso a Vío generó polémica cuando se propuso que fuera a través de Pocomaco, pero a pesar de los años transcurridos, sigue sin haber alternativa.

La cuarta ronda sería la solución para que Vío tuviera un acceso adecuado. Cuando se montaban allí los parques cerrados de los rallys, todos sus vehículos tenían que pasar por Pocomaco.

¿Temen sufrir las consecuencias si Vío se reactiva antes de que haya cuarta ronda?

Las consecuencias las sufrimos ya, pero como solo tiene una empresa, tampoco son tan relevantes. Si tuviera un porcentaje de ocupación elevado, no estaríamos de acuerdo en que el tráfico que se dirige allí pasara por Pocomaco porque al ser viales privados, su mantenimiento corre de nuestra cuenta.

¿Cómo se ha vivido la pandemia en el polígono?

Soportándola con la mayor dignidad posible. Las empresas de seguridad sanitaria no se han visto tan afectadas, pero la hostelería y sus proveedores han visto como les caía encima una losa increíble. A las de transporte les ha ido bastante bien porque ¿quién no ha comprado por internet lo que ha considerado movimiento? y, además, ha cambiado el modelo comercial, porque hoy en día todo se hace desde la oficina, desde casa o casi desde el coche y es una de las cosas a las que vamos a tener que adaptarnos.

En Pocomaco hay además empresas de distribución que fueron básicas para que todo siguiera funcionando.

Absolutamente, incluso hay una tecnológica que entró en un grupo de empresas para fabricar los respiradores que fueron necesarios al comienzo de la pandemia. El polígono es desde el punto de vista logístico indispensable para la ciudad. Aquí tenemos almacenes de todo tipo que atienden a todas las grandes empresas y al público en general.

¿Son conscientes la ciudadanía y los poderes públicos de la trascendencia de Pocomaco?

Pocomaco siempre ha formado parte de la estructura mental de la ciudad, pero otros polígonos como Agrela han pesado más porque la imagen pública ha sido distinta. Si yo fuera el presidente de Agrela tendría que pensar en Estrella Galicia o en Marineda, pero nuestro polígono es logístico y nuestra orientación es distinta.