La baja demanda en las plazas de Educación Infantil preocupa al presidente de los directores de centros públicos de la ciudad, Antonio Leonardo Pastor, que defiende que los colegios son “espacios seguros” para los alumnos y sus familias. Insiste en la importancia de mantener la educación “actualizada” y fantasea con que el próximo curso se parezca a los de antes de la pandemia. El también director del Curros Enríquez defiende la presencialidad en las aulas y apunta al “efecto socializador” como factor clave en la evolución de los estudiantes.

¿Cómo ha sido el proceso de solicitudes para ingresar en Educación Infantil, a pesar del coronavirus?

Muy atípico. Un poco más organizado que el año pasado, que nos había cogido de sorpresa, y aun así, los datos que tenemos no sabemos muy bien a qué corresponden. Si es por baja natalidad o porque las familias tienen reticencia a matricularlos. En líneas generales hay menos solicitudes que otros años normales. Centros que históricamente venían baremando año tras año no llenan sus aulas. En el Curros Enríquez nos mantenemos, pero esa no es la línea a seguir. Hay muchos centros que tienen pocas solicitudes.

Ya no hay la misma incertidumbre que en 2020, ¿sigue siendo el COVID-19 el problema principal o también la baja natalidad?

La baja natalidad se nota, pero no tanto. Este año son muchos centros que no bareman, así que no creo que se deba a la baja natalidad. El Emilia Pardo Bazán tiene 49 para 75 plazas. Eso no es por la baja natalidad.

¿Continúa el temor al virus?

Sí. Hay familias que siguen teniendo un poco de miedo al COVID-19. Aún tratándose de niños de corta edad, que son a los que menos afecta. Pero son niños pequeños y los ven más vulnerables. Sí es cierto que la sociedad y las familias están concienciadas, ya no hay el miedo del año pasado, por el que no respiraban y lo veías cuando los padres venían al centro. Ese miedo no lo sientes, pero sigue estando latente. Los centros no tienen problemas. Sí hubo casos y se han confinado aulas, pero han vuelto a la normalidad. En el Curros Enríquez hemos tenido casos aislados y no hemos tenido que mandar a nadie a casa, solo a la persona afectada. Sigo defendiendo lo que digo desde hace más un de año: los centros educativos son espacios seguros.

¿Cómo puede afectar ese retraso en la escolarización?

En Infantil no es tan marcada la ausencia de un curso. Si es solo un curso, no sería muy grave. Sería más grave que no lo traigan durante los tres cursos de Infantil. Que los niños pasen a primero de Primaria sin conocer letras ni números. A primero llegan sabiendo leer, así que te puedes encontrar a una familia en la que el niño no parte con las mismas condiciones que sus compañeros. También está el factor socializador. Las personas somos sociales por naturaleza, necesitamos el contacto, y eso solo lo consigue el colegio. Los padres pueden trabajar con los niños, aunque no es lo mismo. Como experiencia este curso, tuve familias que eran reticentes a traer al niño. En diciembre vinieron a decirme si podían traerlo porque el niño pedía ir al colegio. No soy quien para juzgar si es miedo exagerado, pero defiendo que los centros son seguros. En el colegio le va a pasar lo mismo que en el parque.

¿Cómo ha sido la evolución a nivel educativo durante este curso marcado por la pandemia?

Este curso fue totalmente distinto al pasado. Este año ya empezamos con una preparación por si se daba el caso de tener que confinar el colegio o un aula e incluso un alumno para seguir trabajando desde casa. Nos comunicamos por correo con las familias y nuestras aulas virtuales funcionan al cien por cien. No hubo el problema del año pasado de estar desprevenidos. Trabajamos mucho desde el verano para que esta vez no nos cogiera el toro. Se trabaja con las aulas virtuales desde clase y el profesorado ha hecho esfuerzo enorme para la utilización de esas aulas. Se ha trabajad con el alumnado que ha tenido que confinarse y se le ha mandado trabajo. En ese sentido, ha sido muy positivo.

Pero, ¿sigue defendiendo que la presencialidad es fundamental?

Sí. Sobre todo en Primaria. El aula virtual está bien, pero el contacto con los compañeros y los profesores, ese efecto socializador, no lo consigues en una pantalla. Ahí no hay discusión. Tuvimos suerte de que pocos colegios tuvieron que confinar aulas. Aunque hay detalles que da pena y tristeza, como que no se pueden ver todos los niños en el patio. Están jugando solo con los de su aula. Otros años jugaban entre todos y veías más vida en el colegio. Hay que adaptarse y la adaptación ha sido buena.

¿Qué retos futuros le aguardan a la educación?

La situación que vivimos el año pasado nos puso en alerta. Nos cogió desprevenidos. Nos ha pasado esto y hemos visto que nos pilló sin formación. Nos hemos formado rápidamente, eso es cierto, porque tenemos los recursos para formarnos. El centro de formación de profesorado funciona de maravilla y pone a nuestro alcance todo el material necesario. Tenemos los medios, solo hay que utilizarlos. La actualización es algo de lo que tenemos que mentalizarnos para hacerlo año a año. Tenemos que estar actualizados. Pero no solo la enseñanza. Todas las profesiones. Si vas al médico, encuentras los mejores medios. Pues en la enseñanza es igual. No podemos quedarnos atrás. Las nuevas tecnologías están ahí y tenemos que estar atentos a ellas. La tecnología ha llegado para quedarse. En mi opinión, la asignatura de Informática pide a gritos que se implante desde etapas tempranas. Debe ser obligatoria.

¿Cómo está siendo la comunicación con las administraciones?

Buena. Para que una comunidad educativa funcione, es importante que las administraciones estén ahí. Cuando las necesitas y tienes que tirar de ellas, que respondan de forma positiva. La Consellería de Educación siempre atiende nuestras demandas. Esto es un engranaje perfecto, y cada uno tiene que aportar. Las administración, las familias, los profesores, los alumnos... Si hay alguien que no aporta, tenemos un problema.

¿Cómo será el próximo curso?

Quiero y espero que la normalidad vaya llegando poco a poco. Me gustaría que el próximo curso empezara con total normalidad. Tengo mis dudas, pero no tengo conocimiento de cómo va a evolucionar esto. Supongo que paulatinamente iremos avanzando hasta una normalidad. Ese es nuestro deseo. Ojalá podamos volver a la normalidad que tanto demandan nuestros alumnos y la sociedad. Estamos cansados de la situación. Veo que estamos concienciados, pero también con ganas de que esto termine.