Con el toque de queda a las once de la noche, la hostelería dio ayer un “paso adelante” en su particular desescalada, como apuntan representantes del sector, pero solo algunos pudieron ofrecer servicio de cenas a sus clientes: los locales con licencia de restaurante. El requisito solicitado por la Xunta deja a muchos establecimientos fuera de la ecuación, pues solo el 30% de los locales de hostelería de A Coruña se dedica a restauración. “Nuestra licencia es de bar o cafetería, como muchas en esta ciudad. Así que no podemos abrir por la noche”, indica el propietario de La Barbería, Xabier Barral, que es también portavoz de la plataforma Shostalería.

Esos locales de tapas y vinos, como los que se encuentran en las calles Olmos o Barrera, deben cerrar a las nueve de la noche, como hasta ahora. Los que sí recibieron ayer por la noche a sus primeros clientes se encontraron, sin embargo, con “pocas reservas”, como adelanta el presidente de la Asociación Provincial de Hostelería de A Coruña, Héctor Cañete. “Va a llevar su tiempo que se recuperen los hábitos de la hostelería. Algunos restaurantes van a probar este horario solo los fines de semana para ver qué tal va”, explica.

Para dar el servicio de cenas, no basta con tener la licencia de restaurante. Estos establecimientos tienen que llevar un registro de sus clientes —nombre, teléfono y DNI—, contar con un medidor de CO2 y reservar las mesas con cita previa. “Si hay que tener un medidor de CO2, que supone otro desembolso más, lo tenemos. Pero, ¿por qué solo los restaurantes? No lo hay ni en el autobús ni en el supermercado”, critica el responsable de La Teresa, Diego Lis, que ayer tuvo lleno en su terraza. Para él tampoco tiene mucho sentido el tema de la recogida de datos. “Al mediodía no, pero de noche sí. Primero se puso un código QR opcional y como nadie lo hacía, ahora tenemos que ser los hosteleros los que pidamos la información y guardarla durante un mes”, comenta.

En cuanto la Xunta anunció esta nueva opción de dar cenas hasta las once de la noche, Víctor Ferro, de Paladar y Tomar, no lo dudó. “Lo estábamos deseando. Es un paso adelante hacia la normalidad. Ojalá sea definitivo”, expone el hostelero, que reconoce que a nivel económico “ayuda mucho dar cenas”. “No es lo mismo que cerrar a las nueve. En A Coruña nadie cena a las siete de la tarde”, dice.

Algunos hosteleros se quejan de que no todos estén en el mismo punto de la desescalada. “¿Qué pasa con los bares que dan tapas y restaurantes? La normativa es absurda”, opina Diego Lis. Para Cañete, sin embargo, la noticia es “positiva”. “Aunque sea por subsectores. Vale más que vayan abriendo los de restauración. También el ocio nocturno sigue cerrado. Todo lo que se pueda abrir es bueno para recuperar la normalidad”, defiende.

El presidente de la Asociación Provincial de Hostelería de A Coruña recuerda a aquellos que se quejan de la ampliación de horario que “si tienes licencia de restaurante, solo puedes abrir desde la once, mientras que la cafetería está abierta desde las siete de la mañana”.

Hasta ahora, según el propietario de La Teresa, “hacer números era muy complicado”, pues los restaurantes estaban limitados a un solo servicio, el de comidas, aunque algunos también tienen reparto a domicilio. “Si seguíamos así, estábamos abocados a cerrar. Era insostenible”, detalla.

El portavoz de la plataforma Shostalería insiste, sin embargo, en que “habrá locales que decidan no abrir aunque puedan hacerlo”. “Supone sacar a un trabajo del Erte y no saldrán los números”, resume el hostelero, que opina que estas nuevas medidas son “un parche más” para el sector.