En un amplio espacio al aire libre, el parque de Eirís, bajo la cúpula para resguardarse de las lluvias intermitentes, un grupo de niños y los adultos que los acompañaban pudieron ayer celebrar un cumpleaños. El recinto de la cúpula estaba decorado con varios globos, con distintas formas y colores, y con banderines también en diferentes tonos, que daban alegría a la zona y llamaron la atención de numerosos transeúntes que caminaban por la zona. El festejo se extendió durante toda la mañana, quizá para compensar la escasez de los últimos tiempos.