La realidad supera en muchas ocasiones a la ficción, y, a veces, incluso se mezcla con ella. En Chico! 2 las historias cotidianas de un joven corriente se convierten en el mejor entretenimiento para cualquiera que quiera pasar un buen rato, o, quizás, sentirse un poco identificado. Es la segunda parte de Chico!, un recopilatorio de tiras autoconclusivas que narran las peripecias diarias de Berto, el álter ego literario de su autor, Pablo Carreiro, aunque, como el mismo dibujante reconoce, personaje y persona se encuentran, cada día, más distanciados.

“Compartimos muchas cosas, pero llevamos una vida muy diferente. Podríamos ser colegas pero no somos la misma persona. Berto ha ido evolucionando hasta adquirir una entidad propia”, cuenta Pablo Carreiro. El mes pasado presentó el segundo volumen de la saga en el Monty Ambigú. No será el último. “Lo bueno de lo cotidiano es que las posibilidades son infinitas. El espíritu de Chico! no es contar una historia que cierre el círculo, se trata de seguir pasando un buen rato con los personajes que conociste en Chico! 1. Espero que en 20 años estemos hablando de Chico! 22”, propone Carreiro.

En Chico! 2 confluyen historias obtenidas de vivencias propias de Carreira y de su entorno cercano, pero estas han ido evolucionando hasta dotar a los personajes de unas trayectorias, inquietudes y expectativas que se distancian de la realidad. La mejor inspiración, una tarde de cañas con los amigos. En este caso, Chico! 2 conserva las referencias de la cultura pop que caracterizaron la primera entrega y que impregnan la obra de Carreiro.

“Hay muchos guiños a Britney Spears y a Vogue, la canción de Madonna. Hay historias que son reales, como cuando una amiga mía quería mandarle un SMS a un chico que le gustaba y yo le mandé una letra de una canción de Britney. Al final funcionó”, relata el ilustrador. Otro de los elementos muy presentes en el cómic es la morriña, que el autor, natural de Vigo pero residente en Madrid, experimenta en carne propia. En Chico! 2, los personajes beben Estrella Galicia y hablan de apuntarse a clases de muiñeira. “Hay mucha Galicia en las viñetas”, asegura Carreiro.