Andrés Martínez Lage estudió entre A Coruña y Santiago de Compostela. Isabel Martínez Lage, en Madrid. Uno se decantó por Biología. Ella, por Caminos. Ambos acabaron en la Universidade da Coruña (UDC). Y ahora, además de hermanos, son responsables de sus centros. El mismo día que Andrés fue nombrado decano de la Facultad de Ciencias, su hermana Isabel se puso al frente de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos. “Fue una casualidad total. Un día llegué a una comida familiar y conté que me iba a presentar. Y mi hermano dijo que también, ya lo tenía pensado”, desvela la coruñesa.

Isabel Martínez es la primera mujer que dirige la Escuela de Caminos, esa que todavía no existía cuando empezó su carrera universitaria. “Me tuve que ir a Madrid. Soy de la promoción del 88. Cuando acabé, estuve trabajando en varias empresas privadas de Madrid hasta que en el 94 volví a A Coruña”, recuerda. Empezó en el área de Matemáticas aplicadas y en 2004 se pasó a Ingeniería de la Construcción. “Desde 2017 y hasta ahora fui la directora del departamento de Ingeniería Civil”, cuenta.

Su hermano, en cambio, se quedó en casa. “Estudiaba en el colegio universitario de los barracones de Riazor e hice los dos últimos cursos en Santiago. Volví y empecé con la tesis porque seguía con mis padres y no tenía prisa por hacer las oposiciones”, confiesa el ahora decano de Ciencias, que lleva “más de 30 años” dentro de la UDC, los últimos como director del departamento de Biología. “Creo que este es un poco el colofón de mi carrera”, resume.

Los hermanos reconocen que entre ambos “hay mucha confianza”, pero ahora cada uno asumirá retos diferentes dentro de la misma Universidad. “Mi principal objetivo es intentar que la Escuela sea más atractiva a la sociedad y a los estudiantes, para que vuelva a ser un centro numeroso porque hemos perdido muchos alumnos”, relata Isabel Martínez.

Desde el decanato de Ciencias, su hermano espera “aumentar el número de docentes para reforzar la calidad del centro y hacer mejoras en el edificio de la facultad”, deteriorado por el paso del tiempo. “Me pagan por hacer lo que me gusta. Me gusta. Y creo que la parte más divertida es la investigación”, concluye Andrés Martínez Lage en su primer día en el cargo.