La pianista Elisa Vázquez Doval (Mugardos, 1977) tiene una amplia trayectoria como solista y músico de cámara, y ha dado conciertos en varios países de Europa. Especializada en música contemporánea, ha estrenado en España obras de compositores como Ellott Carter, Joji Yuasa, Rebecca Saunders o Chou Wen-Chung. Mañana actúa a las 20.00 horas en el Muncyt, dentro del festival Resis de música contemporánea y artes vivas, en un recital titulado Telescope.

El concierto saca su nombre de una de las piezas que interpretará, del mexicano Sergio Luque, que también ha compuesto Telescope II. Ha empleado esa obra para hacer actividades performativas con el astrofísico Francisco Colomer.

Sí, acaba de estrenar esa obra. La que tocamos la compuso en 2017, y es una obra inspirada en las fotografías de estrellas y constelaciones hechas por el telescopio espacial Hubble, que le sirvieron de inspiración para componer la obra.

¿Cómo se refleja esta inspiración de la astronomía en la música?

La obra es muy cuidada en todos sus elementos, y creo que el compositor buscaba la espontaneidad de ver un cielo estrellado. Escuchas armonías preciosas y de repente giros muy rápidos que recuerdan a la visión de un grupo de estrellas en el cielo.

El programa tiene otras cuatro obras. ¿Con qué criterio se eligieron y cómo encajan?

Me contactó uno de los directores del festival Resis, y quería programar la primera obra, Palais de Mari de Morton Feldman. Es una de las últimas que escribió este autor, y larga, de 25 minutos. Ocupa casi la mitad del programa. Es una música sin precedentes. Feldman creó un mundo sonoro propio y original, y muy distinto a lo que se había escrito antes. Su música está escrita sobre todo en pianissimo La tienes que tocar con un toque muy delicado y tiene muchos silencios. Quisimos hacer el resto del programa siguiendo esa línea, pero, a la vez, dar un poco de contraste con el resto de las obras. Hice propuestas y me sugirieron algunas ideas. Queríamos que el programa fuese coherente, y al tiempo hubiese algo de variedad y se representasen distintos estilos, distintas tendencias de la música contemporánea.

Tras Palais de Mari y Telescope tocará Klavierstück, de Karlheinz Stockhausen, una composición publicada en 1954.

Es uno de los diecinueve estudios que escribió Stockhausen, y el mismo compositor dijo de esta obra que está basada en músicas muy rápidas que giran alrededor de una sola nota larga. Es curioso, porque él mismo dice que lo puedes imaginar como estrellas o planetas que estén orbitando en una galaxia, o satélites alrededor de un planeta. Así conectamos con la obra de Sergio Luque. En cuanto la obra de John Cage [la siguiente en el recital, Austral Etude Book 1 No. 1 (1974)], es un estudio austral, creo que tiene 32. Lo que hizo para componer esta obra fue coger un mapa de estrellas del Hemisferio Sur y lo transcribió en pentagramas. Literalmente estás tocando estrellas, pues los puntos se tradujeron en notas y la escritura es proporcional. Hay que estudiar las distancias entre las notas como si fuesen distancias entre las estrellas: si tienes dos notas muy cerca tienes que tocarlas muy rápido, si están lejos tienes que esperar un poco más. Es como si tuvieses un trocito de cielo estrellado. Es muy difícil.

¿Qué le parece lo más interesante de este planteamiento?

Es un sistema de composición distinto. En la música clásica los compositores tenían reglas por las que se tenían que regir, tanto en el aspecto armónico como en el melódico, y la tonalidad tiene en sí misma reglas que uno tiene que seguir. Pero en la música contemporánea cada compositor indaga e intenta escribir en un lenguaje original y propio. Es lo que me parece interesante de este programa: cada compositor no se parece a ningún otro, y cada uno tiene su estilo.

¿Y qué puede decir de la última de las obras del recital, Notturno No. 1 de Salvatore Sciarrino?

Este es un compositor italiano, que sigue vivo; aunque toquemos música contemporánea, muchos compositores ya no están con nosotros. Escribió varios nocturnos, y este refleja los miedos que uno puede sentir por la noche. Hay momentos de pausa e incertidumbre, que vienen acompañados de notas muy rápidas y algún acorde muy fuerte que te puede dar algún susto (ríe).

En este recital actuará sola, pero también es músico de cámara. ¿Qué modalidad prefiere?

Las dos cosas, no puedo escoger. Hacer música de cámara es muy enriquecedor, lo he hecho muchísimo y también me gusta mucho.

Empezó a tocar el piano con ocho años ¿Cómo fue el periodo de formación y cómo acabó dedicando su vida al piano?

Empecé porque mi madre se contempló un teclado pequeñito, un Casio. Como estaba por casa yo lo cogía y tocaba las melodías de las canciones que escuchaba. Mis padres pensaron que tenía buen oído y me apuntaron a clases de solfeo y piano en Mugardos. Después estuve con una profesora en Santiago y luego pasé al conservatorio superior de Madrid. Estudié un curso de posgrado en Barcelona y luego recibí una beca de la antigua Caixa Galicia para estudiar en Holanda. Ahí me quedé siete años y empecé a estudiar música contemporánea, pese a que mis profesores y mi carrera habían sido de música clásica. Allí había muchos grupos dedicados a este estilo de música, y al escuchar esa gran variedad, tan distinta a lo que había estudiado, me interesó muchísimo y empecé a especializarme en ella.