Las salas de cine son lugares para soñar despiertos. Una experiencia que ni siquiera una pandemia ha podido eliminar, y cuya importancia la Mostra de Cinema Periférico (S8) pone, este año, en el centro de su programación. Un homenaje a los inicios del séptimo arte que busca, además, mandar un mensaje de esperanza al público asistente. “El año pasado quisimos que la gente pudiese soñar e imaginar en una sala de cine, dentro del contexto en el que estábamos. Este año, hacemos un guiño a los orígenes del cine, pero también a la capacidad del cine de soñar con los ojos abiertos, de imaginar otros mundos y de pensar en un futuro mejor”, explica el director del festival, Ángel Rueda.

Este año, además, no hará falta hacerlo desde casa, como la pasada edición, en la que el streaming fue el remedio contra la limitación de aforos que condicionó el festival, pues el S8 recupera la presencialidad sin renunciar, no obstante, a las ventajas de los contenidos virtuales y las retransmisiones en directo. “Continuaremos en el formato dual, pero este año tiene más peso la parte presencial que la virtual. La página web será una sede más del festival, queremos seguir presentes en Internet porque es una forma de mostrar lo que hacemos, pero recuperamos todas las sedes: Palexco, la Luis Seoane, la Domus y la Filmoteca de Galicia”, recoge Rueda. La cita, que se desarrollará entre los días 28 de mayo y 6 de junio, reunirá cineastas y visitantes de distintas partes del mundo que avalan el espacio de referencia que ocupa, año a año, el festival coruñés dentro del sector.

Una de las actividades destacadas de la convocatoria de este año es un programa que girará en torno a la figura y el legado del artista y cineasta José Val del Omar, impulsado por Acción Cutural Española y que comenzará en A Coruña su andadura por festivales y eventos culturales de todo el mundo. “Ellos nos escogieron a nosotros para presentar el programa. Estamos orgullosos de que se inaugure aquí. El objetivo es mostrar su obra fundamental, va a haber programadores profesionales que vendrán a conocerla para llevarla a sus eventos”, explica Ángel Rueda.

El S8 proyectará en 35 milímetros Tríptico Elemental de España, una obra visionaria del cine experimental que recorre el país a través de distintos elementos, como tierra, fuego y agua. La programación sobre Val del Omar incluye un programa diseñado por la Mostra, Val del Omar, el cine como elemento, donde se explora su calado en el nuevo cine contemporáneo y en diferentes piezas históricas del género. Su obra y legado estarán también presentes a través de otras secciones del festival, como la Camera Obscura, que pondrá el foco sobre las innovaciones del cineasta en el Laboratorio PLAT (Picto-Lumínica-Audio-Táctil). Además, el festival contará con la presencia de expertos en su figura como Gonzalo Sáenz de Buruaga, colaborador del cineasta, la directora del Archivo Val del Omar, Piluca Baquero y el programador y gestor cultural y experto en la trayectoria del cinemista granadino, Víctor Berlín.

El festival mantendrá, asimismo, sus encuentros con profesionales del gremio en el espacio Observatorio, dividido en dos sesiones. Una primera, Micro is Big, en colaboración con Proxecta-Coordinadora Galega de festivais de cinema, centrada en el presente y el futuro de la exhibición cinematográfica a través de los responsables de una red de microcines autogestionados. La segunda, que se llevará a cabo con la colaboración de Crea- Asociación de profesionales de la dirección y la realización de Galicia, dará a conocer la plataforma Archivo del Cortometraje español, un espacio que persigue la visibilización y popularización del formato.

Recuperar la cárcel de la Torre como posible sede

Hace pocos días, la Escola de Imaxe e Son propuso que una parte de la antigua prisión provincial de la Torre se destinase complementar la extensión del centro para facilitar la formación y permitir la colaboración de los estudiantes con entidades ya asentadas en el audiovisual. El director del S8, festival que celebró su primera edición hace más de diez años en sus instalaciones, idea que tuvo que abandonar por el deterioro de las mismas, califica la iniciativa como una “oportunidad” para recuperar el espacio e impulsar proyectos culturales. “El festival nació con esa idea, arrancamos allí. Hay que reactivar espacios a través de la cultura. A nivel técnico o burocrático las cosas son complicadas, pero debe haber un esfuerzo”, propone Rueda, que cita como ejemplos otros espacios industriales o equipamientos similares recuperados para usos culturales, comunitarios o creativos que funcionan eficazmente. “Tenemos el Matadero de Madrid, por ejemplo. Es una intervención sobre un espacio industrial para convertirlo en cultural. Aquí podemos generar ese tipo de espacios de referencia”, juzga Rueda.