¿En qué situación se encuentran las salas de conciertos de la ciudad?

En una situación de incertidumbre total. No sabemos cuándo vamos a poder abrir y tampoco nos vale que nos permitan abrir con aforos reducidos, porque eso nos mataría. Si ya llevamos mucho tiempo sin ingresos, con préstamos solicitados, y encima abrimos con aforos reducidos, que es posible, lo único que podemos hacer es abrir para perder dinero. No lo podemos permitir. O nos ayudan las administraciones o, por desgracia, las salas estamos mejor cerradas.

El sector reivindica que su labor es muy necesaria.

Sí. En manos del Ayuntamiento hay un documento, que esperamos que alguien se tome en serio para que las salas de conciertos, de teatro, de exposiciones y librerías con programación regular sean declarados espacios de interés cultural y turístico de la ciudad. Aunque parezca algo pequeño, para nosotros ese reconocimiento es importante. No todo es dinero. Es una forma de reconocer el trabajo que se hace a diario en pequeños espacios. Que no sea algo que aparece un día en O Parrote y después desaparece. Hay que visibilizar nuestro trabajo. De salas como el Playa Club, Jazz Filloa, Mardi Gras y Garufa, entre otras. Por esas cuatro pasaron miles y miles de conciertos que no habrían sucedido en la ciudad. Nos duele que no se valore.

¿Cuál es la fórmula para reactivar el sector?

Creemos que tendría que haber una combinación de dinero público y mecenazgo cultural. Hay empresas y particulares que pueden ayudar a la cultura, pero no vemos que se dé ese paso adelante. Lo vemos en Estados Unidos, donde hay personas que deciden destinar un porcentaje de su dinero a que la cultura se reactive. Eso es algo en lo que tendríamos que trabajar aquí. Sí nos gustaría que cuando llegue el 1 de septiembre y podamos programar con una capacidad razonable, que aparezcan las ayudas para que todo el sector pueda respirar. Son muchos meses de agonía. Un altísimo porcentaje se ha tenido que endeudar. Remontar eso va a ser muy difícil. Los músicos emergentes nos necesitan, si no, no llegarían a tocar en grandes escenarios. También tenemos bandas en residencia. Son cosas que no se ven.

¿Le preocupa ver que en otros lugares de España sí se programan conciertos con regularidad y en A Coruña no?

Los cambios en el área de Cultura del Concello no han ayudado nada. Cuando alguien cogía las riendas y se reunía con muchas personas del sector, cambiaba y tocaba empezar de cero. Eso no ayuda a que esté todo en marcha para ponernos a nivel de otros sitios. El teatro Colón y el Rosalía están programando, pero son muchos meses ya en los que no pasa nada. Del Presco del que se habló tanto, no hay noticias este año y las circunstancias son parecidas al del pasado. Esperamos que las pruebas piloto de la Xunta de ocio nocturno y verbenas, si salen bien, puedan empezar a dar la sensación de que tranquilidad y que el sector se anime.