El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico publicó ayer en el Boletín Oficial del Estado (BOE) un informe de impacto ambiental abreviado para la obra del baipás ferroviario de Betanzos, que, a través de la construcción de dos kilómetros de vía férrea, permitirá la conexión directa entre A Coruña y Ferrol y eliminará la marcha atrás que hay que tienen que realizar los trenes al llegar a la estación brigantina de Infesta. Este informe elimina la obligación de realizar una evaluación ordinaria, “ya que no se prevén efectos adversos significativos sobre el medio ambiente”, y acelera así el proceso para que se realice la obra, aunque el secretario de Estado de Infraestructuras, Sergio Vázquez, señaló el pasado mes de marzo que no se construirá en el “corto plazo”.

El trayecto entre A Coruña y Ferrol tarda actualmente 77 minutos, debido a que el tendido tiene abundantes curvas y pendientes que limitan la velocidad máxima. La actuación prevista para eliminar el baipás solo reducirá el tiempo entre seis y siete minutos, y la velocidad máxima en el nuevo trazado será de entre 65 y 70 kilómetros por hora, después de que se descartasen otros trazados alternativos más favorables desde el punto de vista ferroviario pero que tenían consecuencias negativas ambientales o sobre el cercano polígono de Piadela.

El informe, firmado por el director general de Calidad y Evaluación Ambiental, detalla las consecuencias sobre el patrimonio ambiental y cultural que se prevé que cause el tramo, que se localiza dentro del término municipal de Bergondo pero en el límite con Betanzos. Así, señala que para construir la vía y su catenaria serán necesarios desbroces y talas que afectarán a “pequeños rodales de robledal” sobre la vaguada del arroyo de Callou. El servicio “no encuentra afecciones de entidad” sobre la masa forestal, si bien será preciso consultar con el Servizo de Montes de la Xunta. La Consellería de Medio Ambiente, por su parte, informa favorablemente del proyecto.

En cuanto a la hidrología, la vía cruzará mediante un viaducto la vaguada del riachuelo de Callou y otro arroyo tributario, pero las pilas y estribos del paso quedarán fuera de la superficie del dominio público hidráulico. Como el trazado discurre sobre superficie que se considera poco permeable, el informe entiende que la obra no afectará alas aguas subterráneas.

La vía tampoco supondrá una “barrera importante” para la movilidad de la fauna, puesto que conecta dos infraestructuras que ya están en funcionamiento. El informe exige, eso sí, que se respeten los pasos existentes, y señala que los cerramientos a los lados de las vías “evitarán los atropellos” de animales y encaminarán sus rutas hacia el viaducto, que actuará como un paso para animales salvajes.

“Cierta incidencia paisajística”

La Consellería de Medio Ambiente sí ha señalado que la obra tendrá “cierta incidencia paisajística”, en especial por la construcción de un viaducto de 873 metros que cruzará la N-VI, “desde la cual tendrá una gran visibilidad”. Por eso aconseja un “diseño cuidado” para esta infraestructura, buscando “texturas y colores” que favorezcan su integración en el entorno. En cuanto a los taludes, rellenos y restauraciones del terreno, se buscará poblarlas con vegetación que, combinando especies de gran y pequeño porte, logre una “imagen más naturalizada”.

La vía atraviesa una zona de “viviendas dispersas, mayoritariamente unifamiliares” y campos de cultivo, situada al norte del polígono industrial de Piadela. El informe prevé un “aumento del impacto acústico”, pero, según un estudio de ruido y vibraciones, este no superará los límites establecidos. El informe sí que recomienda acciones preventivas para preservar los niveles acústicos, a través de los horarios de construcción de la obra y la realización de mediciones cuando la infraestructura se ponga en funcionamiento.

Los problemas potenciales vienen de las vibraciones causadas por los trenes, pues existe “riesgo” de que se superen en tres viviendas, “especialmente al paso de mercancías”. Por eso se recomienda elaborar un estudio detallado durante la construcción, y se establece la obligación de hacer mediciones cuando la vía entre en funcionamiento.

En lo referente al patrimonio cultural, en la zona no se ha detectado ningún indicio de materiales históricos protegidos, pero se realizará un control arqueológico.