La pandemia frenó en 2020 los índices de criminalidad, pero estos se han vuelto a recuperar y en el primer trimestre del año, comparado con el anterior, en A Coruña han aumentado un 4,1% los delitos. Muy lejos de la media nacional, que registra un descenso de nueve puntos. Ese número de delitos no ha hecho más que crecer, de los 8.907 de 2013, pasando por los 9.447 de 2016, a los 10.384 de hace dos años. Con el coronavirus, en 2020, la cifra cayó a los 9.573. Los sindicatos policiales tienen una razón para esto y, aunque hay más factores, el principal es el déficit de personal. “El aumento de la delincuencia es inversamente proporcional al número de patrullas que tenemos en la calle. Hemos pasado de ocho o diez que teníamos en 2010, a una media de tres o cuatro patrullas que tenemos en la actualidad”, explica el secretario provincial de la Confederación Española de Policía (CEP), Borja Varela.

En los últimos años, la Policía Nacional ha manifestado en varias ocasiones la necesidad de reforzar las plantillas. “Nos dicen que hay una tasa de reposición del 115%. Sí, pero yo el problema lo tengo ahora y la solución vendrá dentro de cuatro años, porque se tarda tiempo en formar a un policía”, señala el presidente del Sindicato Profesional de Policía (SPP), Germán Lago. Mientras, Varela detalla que hay “un déficit de 150 policías en la ciudad”. Defienden que estos datos explican el por qué en 2013 hubo 8.907 delitos y en 2019 esa cifra llegó a los 10.384, un incremento del 16,5%. “Hemos sufrido un déficit progresivo de plantilla desde hace 10 años que no se ha solucionado”, añade Lago, que asume que “se están reforzando otros sitios con más problemas, como Ceuta o Andalucía”.

La secretaria provincial del Sindicato Unificado de Policía (SUP), Sandra Castro, también atribuye este ascenso a la falta de personal, pero opina que hay otro factor clave: “El delincuente habitual ha estado variando y no tiene nada que ver con el de 2013”. Si antes, lo frecuente, era encontrar a delincuentes de la ciudad o del territorio nacional, ahora predomina “la gente de otras nacionalidades”. “A los autóctonos los tenemos controlados e incluso alguno ha desaparecido, pero ahora las radiopatrullas y víctimas se encuentran a personas de Europa del Este y de Marruecos”, apunta.

Los sindicatos policiales han comprobado que la pandemia ha modificado la forma de delinquir. Como recoge el Ministerio del Interior en su balance de criminalidad, hay menos robos en pisos y tiendas pero más robos con violencia e intimidación. “Las patrullas en la calle tienen efecto disuasorio. El que va a robar ve que no hay patrullas y siente esa sensación de impunidad. Lo tiene mas fácil”, razona el secretario provincial del CEP, que concluye que “en una ciudad como A Coruña no es viable tener 3 o 4 patrullas, y rellenar con policías en prácticas”. Opina, además, que la plantilla actual “está pagando los años en los que no se convocaron plazas”.

Germán Lago explica que el incremento del 47,5% en los robos con violencia e intimidación, pasando de los 40 que hubo entre enero y marzo del año pasado a los 59 de este año, se debe al coronavirus. “Antes teníamos muchos hurtos relacionados con el ocio nocturno, en discotecas y pubs, pero ahora todo eso está cerrado. El delincuente cambia de actividad y se pasa ala vía públicamente, sobre todo, con robos con intimidación y en vehículos”, argumenta, pero recuerda que “A Coruña es una ciudad tranquila” en la que muchos delitos no tienen “violencia con la víctima de forma directa”. Desde el CEP informan que ya han solicitado una reunión con el delegado del Gobierno en Galicia, José Miñones, para trasladar estas quejas y demandas, aunque todavía no han recibido respuesta. “Es bueno que nos escuchen porque la situación es precaria”, alerta Varela.

Sobrecarga de trabajo por el COVID y la centralización de la sala del 091

Los sindicatos policiales piden que se refuercen las plantillas, pero no solo porque hay plazas sin cubrir, sino porque la carga de trabajo aumenta, pero el número de efectivos se mantiene. “Con la pandemia, la Policía Nacional tiene que desempeñar sus labores habituales y también controlar que se cumplan las medidas sanitarias”, informa el presidente del SPP, Germán Lago, que detalla que “las cuatro patrullas que hay en A Coruña tienen que atender llamadas, hacer tareas de prevención de la delincuencia y controlar todo lo relacionado con el coronavirus”. Así, deben asumir “más funciones”, pero con “el mismo personal”. 

De lo que también se queja Borja Varela, del CEP, es de la centralización que ha tenido que asumir la sala de emergencias de Lonzas, que desde el pasado marzo recibe también las llamadas de los vecinos de Ourense y Lugo. “Es un servicio que está saturado. Si tuviésemos personal suficiente en esa sala, la llamada se contestaría rápido y con coches en la calle muchos delitos se podrían haber evitado o se pude localizar a los infractores”, comenta. Su compañera Sandra Castro, del SUP, ya ha reclamado en varias ocasiones el refuerzo de este servicio, que ha pasado de atender 11.000 llamadas al mes a más de 16.000. Además, también preocupa el estado de la sala del 091, “que no se ha modernizado desde hace más de 15 años”, indica Castro.