El Acuerdo por una Ciudad Verde contó ayer con el respaldo del Gobierno local, el PP, el BNG y la concejal no adscrita y militante de Podemos, Isabel Faraldo. El texto recibió el voto en contra de los concejales de Marea Atlántica ya que, tal y como explicó la portavoz de la formación, María García, el texto no contiene ninguna medida específica a desarrollar en el término municipal. “No estamos privando a la ciudad de nada al votar en contra”, aseveró García.

Durante la discusión de este punto, los grupos de la oposición afearon a la concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, la tardanza en la licitación de los pliegos de la planta de tratamiento de residuos sólidos urbanos de Nostián, así como los malos resultados en el reciclaje de vidrio en la ciudad, solo quince kilos por vecino, el peor dato de toda la comarca. El portavoz del BNG, Francisco Jorquera, se quejó de que, acompañando a este acuerdo, no hubiese medidas como, por ejemplo, un nuevo modelo de transporte público para potenciar su uso, también campañas de concienciación para fomentar el reciclaje y apuntó también que el Gobierno local, con su decisión sobre As Percebeiras, definirá también su política medioambiental.

El concejal del PP Roberto Rodríguez también hizo un “balance negativo” de la gestión del área de medio ambiente, ya que incidió en que no se han realizado campañas ni actuaciones para conseguir los objetivos que se recogen en el acuerdo, como frenar la utilización del plástico, que no se desperdicie la comida o que no hay un inventario de emisiones contaminantes.

La concejala de Medio Ambiente, Esther Fontán, criticó que la oposición hiciese una “enmienda a la totalidad” de su gestión y reivindicó como propios del Gobierno local hechos como la eliminación del botellón de los jardines de Méndez Núñez, el dragado de la ría de O Burgo o el plan de choque de la limpieza.

Aseguró que está trabajando en el plan de limpieza de los grafitis y también en los pliegos de Nostián. Sobre la puesta en marcha de proyectos heredados del mandato de Marea Atlántica, como el Bosque de Breogán, aseguró que los vecinos no están de acuerdo en que se hiciesen caminos en sus fincas para que otras personas pudiesen salir a pasear.