Los vecinos y paseantes de la playa de Oza se toparon, ayer, con una estampa cuanto menos curiosa que llamó la atención de muchos y sacó una sonrisa a otros tantos. Un avezado deportista aprovechó la tarde de buen tiempo para hacer un poco de ejercicio en la zona habilitada para calistenia y otros deportes similares en el entorno de la playa. Lo hizo sin la intención de pasar desapercibido: sin camiseta, ataviado con un peto equipado con pesas adicionales y, de fondo, la melodía de la popular serie Los vigilantes de la playa que amenizó, a un elevado volumen, no solo sus ejercicios, sino también los paseos y caminatas de todos los presentes.