La de María José Viz es una cara conocida para muchos tras casi 20 años como responsable de la Biblioteca Miguel González Garcés. Ahora, quien quiera podrá conocerla también a través de su forma de narrar en el libro La extraña desaparición de Carolina Santomé, su primera novela, que sale hoy a la venta de la mano de LetraReditorial.

Cuando una se pasa el día rodeada de libros, ¿le pica el gusanillo de escribir uno?

Yo empecé a escribir hace relativamente poco, en 2015. Empecé con la microliteratura y luego me centré más en la poesía, porque yo realmente me considero más poeta que otra cosa. La novela la tenía en mente desde hacía tiempo, pero la iba dejando, la retomaba, la volvía a dejar. Durante el confinamiento me puse las pilas y conseguí terminarla.

¿Siempre ha trabajado en esta novela, o empezaba otras historias?

No, siempre ha sido la misma. Ha habido años que la dejaba y la retomaba. Tuve muchas etapas en las que ampliaba, simplificaba, por consejos que leían lo que yo iba escribiendo, que me decían que quizás lo que yo pretendía era muy complejo para ser mi primera novela. Yo hice caso, porque siempre hago caso a los lectores beta, me ayudan mucho. Tengo cinco en esta versión de la novela. Todos me han aportado algo y me han ayudado con su visión de la vida y de la escritura. Soy una privilegiada, porque he podido contar con estos consejos.

¿Yay que ser una gran lectora para ser buena escritora?

Por supuesto. Considero que para poder escribir hay que leer mucho, son las dos claves para hacer algo con un mínimo de calidad. Tienes que ser un gran lector para ser un gran escritor, o un mediano escritor, como puedo ser yo.

Tras más de cinco años dándole vueltas, ¿está satisfecha con el resultado de la novela?

Sí, el editor me ha dicho que ya estos días me llegará la novela. Estoy sumamente agradecida a ellos, por su esmero y profesionalidad. Son una editorial nueva, pero han hecho un booktrailer del libro maravilloso, están haciendo una publicidad muy trabajada. La cubierta es algo que me parece muy bonito: en casi todas mis obras, hemos colaborado juntas mi hermana Margarita Viz Blanco y yo, porque ella es ilustradora, y diseñó la portada y las ilustraciones. Estoy muy orgullosa.

Su primera novela trae el relato de una desaparición. ¿La enmarca en el suspense o el misterio?

El tema de las etiquetas es algo que no me gusta nada. Todos los libros al final son híbridos. Por el título lleva a pensar en una novela de misterio o policíaca. El caso es que yo creo que va más allá de una simple investigación. Ese es el hilo conductor, pero yo pretendía reflejar otros temas. Por un lado, una amistad intergeneracional entre un hombre mayor y una niña. En los años 80 o 90 era algo inaudito, porque no se consideraba que pudiesen ser amigos personas de distintas generaciones. El desarraigo está muy presente. Sabemos desde el principio que Carolina, la protagonista, odia su pueblo. Hay una familia que aparece mencionada que también reniega de sus orígenes. Por otro lado, está la insatisfacción de Carolina, que es un personaje complejo. He pretendido trabajarla más que otros personajes, aunque creo que todos dan juego.

¿Es todo ficción, o hay algo enraizado en la realidad?

La historia se divide en dos ubicaciones: Mourenzo, que es un pueblo que me he inventado y que tiene pinceladas del pueblo en el que yo nací, Piloño, en Vila de Cruce.Hay cosas que seguro que mis paisanos reconocen. Me ha servido para rememorar algunas cosas. La novela tiene algunos rasgos de humor. Luego está Santiago, de Compostela, que hay datos reales de calles y ubicaciones.

¿Habrá algún ejemplar de su libro en la González Garcés?

Sí, ya lo han pedido, no quisieron esperar. Ahora haremos una firma de ejemplares en Santiago, el día 26, en la librería Follas Novas. Quiero hacerlo también en A Coruña, está por ver la fecha y el lugar.