Desde la prehistoria el ser humano ha resuelto el problema de acceder a diferentes niveles de dos maneras distintas, con la utilización de la escalera y la rampa, ambas las ha ido perfeccionando y si comienza con senderos de tierra o escalones de piedra han llegado en diferentes momentos de la historia a producir con estos elementos, escalera y rampa, espacios arquitectónicos, piezas de diseño de primer nivel.

La escalera, por su geometría variable en las tres dimensiones ha llegado a cotas tan altas como las señaladas por Oscar Tustsquets en sus magníficos libros Requiem por la escalera y Todo es comparable, donde destaca la casa de Curzio Malaparte, en la cual parece que ella es una excusa para hacer la escalera y otros ejemplos magníficos tanto de él como de otros diseñadores, Scarpa, Lloyd etc,. También hace años, en 2004, escribió un destacado articulo sobre la escalera Xerardo Estévez en el que repasaba los grandes hitos de este elemento constructivo que tantas veces se convierte en lo mas sobresaliente de la obra arquitectónica. Particularmente yo destaco, de las admiradas en mis viajes, en Santiago de Compostela el ejercicio estructural, constructivo , geométrico y el resultado general de una gran belleza la del convento en Santo Domingo de Bonaval, en Venecia la del Palacio Contarini del Bovolo, donde conforma ella misma la fachada del palacio y por lo tanto se convierte en el elemento principal del mismo, en Sintra la extraña escalera del palacio Quinta da Regaleira, del siglo XVIII, donde nos aparece una escalera escondida, soterrada, esotérica. En ejemplos mas actuales señalo, entre la multitud de ellos que se proyectan , la del diferente hotel Design and Wine en la plaza central de Caminha, todo él ejemplo de diseño, con cuatro habitaciones que se mueven siguiendo el movimiento del sol, con el spa dedicado al camino de Santiago, su gestión esmerada y todas las habitaciones realizadas con motivo diferentes, destaca la sutil escalera realizada a base de cables tensados.

Pero no quiero entretenerme en las escaleras, tan destacadas y tan admiradas, darían para una relación interminable, ya disfruté viéndolas, subiendo y bajando por ellas, hoy quería reivindicar la rampa. Siempre la tuve presente desde joven consciente de las discapacidades que se padecen en alguna etapa de la vida. Asistí hace treinta años al Primer encuentro internacional sobre entorno físico accesible, fui como Ingeniero municipal del Ayuntamiento de Oleiros, el único técnico municipal asistente, allí estaba entre técnicos de organismos de transporte y ministerios de diversos países, por cierto solo tres gallegos, el entonces Director General de Transportes de la Xunta de Galicia, una técnica de un ministerio y yo. En Salamanca nos recibió el Rector de la Universidad en el magnifico e histórico Paraninfo donde nos dijo que si tiramos piedras a la luna todas las noches no la alcanzaríamos pero seriamos los que mas lejos lanzaríamos las piedras, que nuestra utopía nos haría avanzar. Posteriormente nos recibió el Alcalde de la ciudad y en el balcón sobre la plaza Mayor nos prometió algo que no quise comprobar posteriormente, dijo que haría de Salamanca un ejemplo de ciudad accesible. Disfruté en Leiden (Holanda) una ciudad diseñada perfectamente para todos. Tomé mas consciencia de la discriminación que crea la escalera, el bordillo alto que simplemente se pone para señalar una plaza respecto a un soportal y se resalta con el desnivel, creando la dificultad correspondiente.

En Venecia vi sillas y carros donde los ejes unían tres ruedas por cada lado del mismo, de esta manera la silla tenía cierta capacidad de reptar por las pequeñas escaleras que ayudan salvar la mayoría de los puentes. En los finales de los años setenta el gran arquitecto Mario Soto me había diseñado una casa en una robleda abalconada al valle de Dorrón, (Sanxenxo.). Esta casa tenía muchas particularidades, todas positivas, pero destacaba una, para salvar el desnivel desde el acceso a la planta baja y al primer piso se resolvía con una magnifica rampa de tres tramos, ese espacio cumplía más funciones que la accesibilidad, aislaba del norte, daba inercia térmica a la casa, recogía las primeras luces del día y sirvió posteriormente para soportar una piscina en la cubierta de la casa sobre los muros de ella. Años antes , en el 75 , había visitado el Museo Guggenheim diseñado por Frank Lloyd en New York y todo él es una rampa maravillosa. Después disfrute de la Fundación Miró en Barcelona y dormí en Porta Catalana en la Junquera diseñadas ambas por Josep Lluis Sert, las dos dotadas con rampas para acceder a los diferentes niveles.

Pero quizá la rampa que más me sorprendió fue en el Alto Duero de Portugal , donde el río Coa es tributario del Duero, allí en aquellas agrestes tierras portuguesas, en ese paisaje único, donde el río ya no es navegable, en la Foz do Coa hay un magnifico museo dedicado al arte rupestre prehistórico del valle, este museo nació naturalizado pues sin buscarlo, sin intentar mimetizarse con el territorio, sus volúmenes, su materiales, su implantación forman parte del paisaje de una manera natural, magnificándolo . A el se accede por una rampa que a modo de “fenda” nos introduce entre los dos volúmenes pétreos que lo conforman.

Quedan otras, a la Giralda de Sevilla se accede por una rampa, hasta el nivel superior de Santa Sofía de Estambul se sube por otra, también en Copenhague Rundetárn (torre redonda) por la cual el rey Christian IV subía a caballo, y el Monasterio de Yuste tiene una rampa sobre arcadas en la fachada principal para que Carlos I pudiese también subir a caballo. De todos los ejemplos vistos destaco el realizado por Arthur Erickson en Robson Square, Vancouver, Canadá, donde de un acceso que se hace a modo de “escarrampa” (convivencia entre escalera y rampa), con vegetación y agua en sus entornos crea una zona no solo de acceso si no de estar, crea un parque distinto, con desniveles y accesible. Pero sobre todos estas realizaciones que pueda describir y todas esas virtudes que pueda tener la rampa, tiene una que la hace especial, a pesar de su dificultad y de la superficie que necesita para su desarrollo, es democrática. Todos la podemos usar.

*Exingeniero municipal de Oleiros y ex directivo del Colegio de Ingenieros de Caminos de Galicia