El pleno de la Sala de Gobierno del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia nombró el 30 de junio a la magistrada María Teresa Cortizas González-Criado delegada de Igualdad tras resultar elegida en el concurso convocado para ocupar ese puesto, que ocupaba por designación directa desde 2014. Cortizas, que fue decana de los juzgados coruñeses entre 2009 y 2012, participó en los últimos años en mesas redondas y cursos formativos sobre esta materia, además de a reuniones de la Comisión de Igualdad del Consejo General del Poder Judicial.

¿Por qué se crean delegaciones de igualdad en los tribunales superiores de Justicia?

Con la Ley de Igualdad de 2007 se creó la Comisión de Igualdad, en la que en 2013 se decidió crear los delegados de Igualdad en cada tribunal superior de Justicia, momento en que me nombran a mí para Galicia desde 2014. Al implantarse el II Plan de Igualdad en la carrera judicial se decidió que en lugar una designación fuese por un concurso abierto entre miembros de la carrera judicial que estuviesen en servicio activo o en excedencia por motivos de conciliación. Nos presentamos dos candidatas y salí elegida yo, mientras que la otra candidata, Belén Rubido, la decana de los juzgados de Pontevedra, fue elegida suplente.

¿Qué funciones tendrá como delegada de Igualdad?

Sobre todo, implementar las medidas que prevé el II Plan de Igualdad, de forma que no solo se divulgarán sus contenidos, sino que se atenderán sus consultas y resolverlas en coordinación con la Comisión de Igualdad. Muchísimos compañeros tienen problemas de conciliación porque no saben gestionar una baja por maternidad o un permiso por lactancia, ya que desconocen todas las posibilidades que existen en el reglamento y que han sido fomentadas por el Plan de Igualdad. Pero también tenemos que fomentar que se enjuicie con perspectiva de género, aunque el delegado de Igualdad no puede entrar en las resoluciones de los compañeros, sino proponer actividades formativas sobre esta área.

¿Hay muchos problemas para la conciliación laboral y familiar en la judicatura?

Siempre hay que respetar el horario de audiencia y, a veces, es muy duro conciliar en determinados órganos, como los de Instrucción. ¿Cómo se concilia en un partido judicial como el de Noia, que tiene dos juzgados y cada uno está de guardia una semana? Aunque no es una guardia de permanencia en el puesto de trabajo durante todo el día, muchas veces surgen cosas por la noche y si, por ejemplo, la jueza está separada o la familia es monoparental, el problema se incrementa. La mayoría de las dificultades aparecen por la adaptación del puesto de trabajo, como una reducción de jornada, ya que son muy difíciles de aplicar porque se reducen las vistas pero no la carga de trabajo. Desde la puesta en marcha del I Plan de Igualdad se ha logrado mejorar muchísimo estos temas en toda la función pública y la Comisión de Igualdad quiere seguir haciéndolo e incluso proponiendo nuevas cuestiones para lograr más avances.

¿Le hacen consultas los jueces sobre cuestiones de igualdad?

Pueden hacer consultas a nivel particular, pero la formación que reciben es bastante amplia y desde 2010 la que se imparte sobre igualdad se ha incrementado de una manera importante. Cuando nos ofrecen los cursos de formación, los que son específicos de Igualdad no nos computan a la hora de asistir al cupo máximo que tenemos. Incluso tenemos cursos de perspectiva de género y con bloques específicos para cada una de las materias que cada uno quiere cursar y en algunos concursos y nombramientos discrecionales se exige tener hecho el curso de perspectiva de género.

¿Se demanda este tipo de formación por parte de los jueces?

Sí, yo asistí a uno de estos cursos sobre perspectiva de género y había más solicitudes que plazas disponibles.

¿De dónde surge este interés?

Creo que está en la sociedad, que es algo que nos pide porque es un avance. Tenemos que fomentar estas materias, implementarlas y, si por algún motivo existe una carencia de formación, se incrementará desde la Comisión de Igualdad. También se ha aumentado en el temario de las oposiciones y en la formación de la Escuela del Poder Judicial.

¿Ha cambiado la forma de ver estas cuestiones al convertirse las mujeres en mayoría dentro de la carrera judicial?

Quiero pensar que enjuiciar con perspectiva de género no depende del género de cada uno, sino que será más bien toda una serie de facetas o conocimientos adquiridos, independientemente de que se sea hombre o mujer. Es cierto que en la carrera judicial es mayor el número de aprobados es mayor el de mujeres que el de hombres. Cuando empecé a trabajar en 1992 las mujeres éramos el 40% y ahora casi somos el 80%, aunque tampoco es bueno que se feminice tanto la carrera judicial.

Pero ¿se percibe que persisten aún los estereotipos de género cuando se trabaja sobre estos asuntos?

Creo que cada vez hay menos, pero no es un problema tanto de la carrera judicial como de la formación que le damos a nuestros hijos o a los jóvenes en las escuelas, aunque también se debe perfeccionar la formación que damos a los jueces sobre estereotipos de género.

¿Queda mucho por hacer en este campo?

Mucho. Piense cuando un hombre y una mujer van a comprar un coche a quién se dirige el vendedor o cuando va a pagar una consumición. Sigue habiendo estereotipos porque no se les trata a los dos por igual.