Un respirador artificial creado en plena pandemia. Un campamento astronómico con burbujas para explorar el cielo gallego. Estas dos iniciativas, de las empresas Bionix Supplychain y Albarari respecticamente, fueron algunas de las distinguidas la semana pasada por la Diputación de A Coruña en los premios PEL, que reconoce desde hace cuatro años las mejores empresas de la provincia y los proyectos de asociaciones empresariales y ayuntamientos en materia de empleo y apuesta por el desarrollo económico. Entre los premiados está también la firma de química orgánica Galchimia.

Aire para respirar en tiempo récord

Bionix Supplychain crea durante la pandemia un respirador de bajo coste

La pandemia validó una nueva categoría en los PEL de la Diputación, la de mejor iniciativa innovadora en la lucha contra el COVID-19. El premio fue para Bionix Supplychain Technologies por la creación de un respirador artificial “en tiempo récord”, de bajo coste y fácilmente industrializable. Jacobo Penide es el fundador y CEO de la empresa coruñesa, una startup con una plantilla de diez trabajadores que vio la luz a finales de 2017.

Bionix se dedica a la digitalización de la cadena de suministro para empresas, con funciones como el control de inventarios y la mejora de ventas online en el textil y la industria. El diseño del respirador supuso un intenso trabajo “con muchos protagonistas”, sanitarios y de otros ramos, cuando numerosos proveedores estaban sin actividad en plena pandemia.

“En marzo de 2020 vimos que había una carencia importante de respiradores, tanto para pacientes de COVID como para enfermos con problemas respiratorios. Arrancamos el día 18. A través del Clúster TIC se unieron otras empresas de distintos sectores, todos dispuestos a colaborar. Hasta que llegamos a un producto final que cumplía con las condiciones aplicables para problemas respiratorios de cualquier tipo”, explica Penide. El respirador, ya autorizado por la Agencia Española del Medicamento, está en proceso de comercialización.

Imagen de una burbuja astronómica de Albarari en Oleiros La Opinión

El cielo del que aprender

Albarari ofrece campamentos astronómicos en Oleiros y Sanxenxo

Galicia tiene dos campamentos astronómicos, uno en Oleiros y otro en Sanxenxo. Ambos, diseñados por la empresa coruñesa Albarari, cuentan con la prestigiosa certificación de la Fundación Starlight, que supone un reconocimiento a la actividad divulgativa sobre astronomía. La forma en cómo se difunden los conocimientos sobre el cielo y las estrellas es a través de las llamadas burbujas astronómicas, instalaciones en las que se ofrece una “experiencia inmersiva” en la observación del firmamento. Talleres divulgativos, actividades en familia, quedadas en grupo, observaciones telemáticas en streaming… Estos son algunos de los servicios que ofrece Albarari, que ha recibido el galardón en la categoría de mejor iniciativa empresarial nueva de los premios PEL de la Diputación. El germen de las burbujas y el campamento está en el cielo de Dubai hace cuatro años. Paula Fernández y Eduardo Guillén, que forman matrimonio y entre muchas cosas comparten la “pasión” por la astronomía, contemplan las estrellas en una jaima en el desierto. “¿Cómo hacer algo parecido en nuestra Galicia natal? Ahí vislumbramos la idea. No somos un hotel al uso, ni un establecimiento turístico al uso. Somos otra cosa: un centro de interpretación de las estrellas que combina otras actividades”, explica Guillén. En Oleiros hay cinco burbujas con cúpula transparente al frente y en la parte posterior para observar el cielo. La empresa, fundada por la pareja, tiene ahora una docena de trabajadores que se reparten también las tareas de administración y mantenimiento.

Carme Pampín, en el centro, con el equipo de Galchimia La Opinión

La ruta investigadora de los fármacos

Galchimia se consolida internacionalmente en el suministro de prototipos farmacéuticos

“Un referente internacional en química orgánica”, destacó la Diputación coruñesa al premiar este año a Galchimia en la categoría de mejor iniciativa empresarial consolidada. Casi dos décadas acreditan el rigor de esta empresa radicada en Touro, originada como una spin off de la Universidade de Santiago en octubre de 2001. Los químicos orgánicos de Galchimia plantearon la siguiente idea de negocio: la especialización en la preparación de compuestos químicos para el descubrimiento de fármacos. “Básicamente investigamos para terceros. Suministramos prototipos de fármacos para las industrias que precisan probar muchas moléculas que no se hayan sintetizado nunca y sean novedosas, con capacidad para hacerlo con cierta rapidez porque lo exigen los tiempos de la industria”, explica Carme Pampín, gerente de la firma. La vocación de Galchimia, hoy con 54 empleados y con clientes en todo el mundo, fue en todo momento internacional. “En estos años hemos colaborado con las principales empresas farmacéuticas nacionales y en numerosos programas de descubrimiento de fármanos muy interesantes. Ya el 75% de nuestras ventas son internacionales y trabajamos con empresas de primer nivel en Europa, lo que creo que tiene múcho mérito desde nuestro rinconcito de Touro”, añade Pampín.