Alicia Climent (Madrid, 1998), de nombre artístico Alice Wonder, empezó a darse a conocer a los 18 años haciendo por Instagram versiones de grupos como Nirvana o The Beatles. En 2017 sacó su primer disco, Firekid, y este año acaba de publicar su álbum Que se joda todo lo demás. Interpretará sus canciones por primera vez con banda este sábado en María Pita a las 13.00 horas, dentro del Festival Noroeste Estrella Galicia promovido por el Concello.

¿Qué canciones sonarán? ¿Serán sobre todo del nuevo disco?

Vamos a hacer una mezcla. Voy a presentar por fin las nuevas canciones, que no lo había podido hacer antes, y tengo muchas ganas porque voy con la banda. Espero que sea una muestra guay de intensidad y garra.

¿Qué inspira el nuevo álbum?

Es un álbum que salió un poco sin quererlo ni beberlo, no tenía pensado hacerlo. Como en la cuarentena se hizo larga, quería dejar un disco que englobara un poco las sensaciones de ese año tan raro. Se hizo sin la pretensión de ser un disco, es un disco peculiar. Lo empecé con 20 y lo acabé con 22, no te digo más.

Lo llama Que se joda todo lo demás. ¿Qué excluye de lo demás?

Para cada uno es algo diferente. Creo que el común denominador es algo que nos apasiona. Muchas veces estamos un poco perdidos, sin saber qué hacer o a dónde ir, y cuando logras ese impulso, eso es lo más fuerte que puedes encontrar. Intentar no dejar pasar eso, por mucho que tengas que decirle adiós a otras cosas, es lo que quiero decir con el título. Haz lo que quieras, lo que sientas, lo que te guste y que se joda todo lo demás, y los demás que te dicen que no lo hagas.

Una de las canciones se llama ¿Quién soy? ¿Qué la motiva?

Es una canción rara. La letra salió en diez minutos escasos, ¡y muy de no pensar! Es como si me hubieran hecho una hipnosis para decir lo que pienso sin pensarlo. Es muy sincera, tiene, creo, un punto naif, ingenuo, muy de verdad. Es una canción difícil, pero tengo muchas ganas de tocarla en directo. Ya la toqué sola, pero esta será la primera vez con banda. No tiene nada que ver. Tiene una producción muy diferente a lo que he venido haciendo, aunque de alguna manera hay un común denominador. La hice con Aida Valdayo, mi compañera de piso, que es una crack y hace producción electrónica, y Ángel Luján, que es mi productor. Ella tiene 27 años, él 50, yo 22. Es una producción muy dispar, y creo que ha cogido una madurez potente por tanta variedad de estilo.

Dice que esa canción tiene un punto naif, pero hay otras en el disco, Sueño raro o Por si te apareces, de la parte mala de las relaciones...

Ambas las compuse con mi hermana y son canciones que comparten una historia. En las relaciones a veces soy muy tonta, pero una vez ha pasado el tiempo de repente lo veo todo claro, al menos tengo eso bueno (ríe) y ahí es cuando escribo. Estas dos canciones hablan de relaciones: una de no querer volver a caer en el mismo error y la otra de no atreverte a amar a la persona que viene. Son fases diferentes.

¿Cómo fue el paso de hacer covers a canciones propias?

Escribía canciones desde mucho antes de hacer covers. Da bastante respeto, coraje y miedo que la gente pueda conocer lo que tú sientes y poder opinar sobre ello y juzgarlo. En España, aparte, somos unos criticones y unos juzgadores, y tenemos opiniones para todo. Pero una vez te liberas de eso te das cuenta de que hay otra gente a la que sí le puede gustar la canción. Ya solo por eso, por qué no sacarla.

Ha tocado con Vetusta Morla, Xoel López... ¿Se ha sentido arropada por la comunidad artística?

Súper arropada. Hay un tipo de artista que lleva muchos años viviendo de lo que hace, y tiene mucha humildad y acepta nuevas corrientes. Tanto Vetusta, como Xoel, como Rayden, son gente que está abierta a aprender de otras cosas. Siempre me he sentido muy escuchada, a pesar de mi edad.