La alcaldesa Inés Rey señaló ayer que no puede “dar fechas concretas” sobre cuándo empezarán las obras de reurbanización de los Cantones y la calle Compostela, en las que ya se han realizado peatonalizaciones y adaptaciones provisionales. En junio del año pasado, cuando el Ayuntamiento explicó los primeros esbozos de su plan para reformar la zona, calculaba que a lo largo de 2021 se licitarían los trabajos en la calle Compostela, y el concejal de Urbanismo, Juan Díaz Villoslada, estimó que las obras de la avenida concluirían a lo largo del presente mandato, esto es, antes de verano de 2023.

Los dos trabajos se encuentran en puntos diferentes. La obra de la calle Compostela, en la que ya se limitó el tráfico el año pasado, podría licitarse ya, pero, según admitió la alcaldesa, no es posible por falta de fondos, debido a que este año se ha prorrogado el presupuesto de 2020. El Ayuntamiento ya ha limitado la circulación de vehículos a través de la vía.

La obra de los Cantones necesitaría todavía dar muchos pasos previos, pues por el momento no hay ni siquiera proyecto definitivo. Su redacción se concedió el pasado 23 de agosto a una Unión Temporal de Empresas (UTE) de Eptisa y Vázquez Calatayud Arquitectos, estudio este último que también había hecho los trabajos y proyecto previos. El contrato, que costará al Ayuntamiento 128.562 euros, tendrá una duración de doce meses, por lo que el texto podría tardar, como mucho, un año. Una vez que el texto esté completado será necesario, además de otras gestiones para empezar la obra, y, antes de iniciarla, reservar una dotación económica suficiente en el ejercicio correspondiente, ya que el coste estimado de los trabajos es de cuatro millones de euros. Rey destacó que el proyecto “no se ha parado”, sino que sigue con su procedimiento de “redacción, presentación, y luego todos los trámites oportunos”.

El estudio previo presentado el año pasado contempla reducir la circulación a dos carriles en la avenida, uno por cada sentido, y solo permitir por ellos el tránsito de autobuses, vehículos de reparto y de residentes, además de bicicletas y otras máquinas de movilidad personal, como ya se hizo en la Marina. Las calles Compostela, Rúa Nova, Entrejardines y el tramo de Santa Catalina entre los Cantones y Durán Loriga quedarían completamente peatonalizadas. La eliminación de carriles permitiría ganar para los viandantes 11.000 metros cuadrados de aceras, de los que unos 5.100 estarían en el Cantón Pequeño y el Grande. La oferta de la UTE de Eptisa y Vázquez Calatayud para redactar el proyecto definitivo propone introducir en la zona tecnologías verdes, como pavimentos que retengan contaminación atmosférica, filtros biológicos y sistemas de drenaje urbano.

La oferta también prevé limitar la presencia de árboles grandes en la acera más cercana a las casas, y trasladar el metrosidero a la plaza de Mina. La salida del aparcamiento subterráneo se cubriría con un nuevo graderío de mármol, granito y madera, y el espacio tendría una parada de buses urbanos con una estructura de perfiles de acero laminado y vidrio.

Los cambios en la movilidad en los Cantones, señaló Rey., ya se han ido adelantando, primero con experiencias de peatonalización durante el coronavirus y, desde el último día de mayo de este año, con la reducción definitiva del tráfico a dos carriles y el traslado de las paradas de buses y taxis, algo que el Gobierno local, señaló la regidora, entendió que era “factible”. La alcaldesa destacó que el proyecto, “importante y ambicioso” permitirá mejorar el entorno de los Jardines y transformar la zona, a la que se refirió como “la sala de estar de A Coruña”.